La encuesta del CIS del pasado lunes sobre la intención de voto de los españoles presenta, sobre todo, la gran duda de su fiabilidad, a la vista de lo mucho que se equivocó en la encuesta sobre las elecciones del 26-J. Si no, que se lo pregunten a Pablo Iglesias, que ya era confirmado como nuevo líder de la izquierda española, superando con claridad al PSOE, y casi se veía presidente del Gobierno. O esa encuesta del CIS propició una movilización de los votantes del PSOE, para alegría de Pedro Sánchez: perdió votos y diputados, pero más perdió Podemos, y eso era vital para el líder socialista. Las encuestas del CIS son las más fiables, se suele afirmar. No pongo en duda la profesionalidad del CIS, pero a los hechos me remito sobre los fundados motivos para dudar de esta nueva encuesta del CIS.
Hay varios motivos para dudar sobe dicha encuesta, que surgen de la actual situación política española y de la idiosincrasia hispana, casi a partes iguales. La ira actual de los españoles hacia los políticos va en aumento, viendo que no son capaces de ponerse de acuerdo para gobernar y el “fantasma” de una tercera convocatoria electoral es cada vez más posible. Unos políticos que no han querido aplicarse la austeridad que han exigido a los ciudadanos.
Sirva como ejemplo un mensaje que está circulando estos días en las redes sociales: “Si el 1 de septiembre no tenemos Gobierno, a las 12 todos los españoles salimos a la calle para que no cobren los políticos. PÁSALO. PÁSALO Y COMENCEMOS A EXIGIR MÁS… Si peligra la bolsa de las pensiones, que quiten la paga vitalicia de los políticos y no la de los jubilados y pensionistas”.
La encuesta refleja que perderían unas pocas décimas del porcentaje de votos el PP, Ciudadanos y Podemos, y sólo aumentaría ligeramente el PSOE. En la encuesta previa al 26-J, el CIS daba al PP el 29% y obtuvo el 33% de los votos: el voto oculto fue para el PP, el de indecisos a quién votar o que decían que no votarían. O una parte de la sociedad tiene vergüenza de decir que vota al PP, que la hay, o incluso se miente en las encuestas para provocar patinazos de los políticos, léase Pablo Iglesias.
Por decencia política y respeto a los españoles, no debemos ir a unas terceras elecciones. Si las hay, no hay que descartar que el PP siga creciendo, Ciudadanos bajando, PSOE mantenerse o perder… e incluso que Podemos crezca, movilizando a sus votantes que se abstuvieron el 26-J. Que gobiernen ya, y menos encuestas.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.