Existe cierto temor a hablar o escribir de esta cuestión. Unos tienen pánico a meterse en líos, ¿con quién, porque estamos en una sociedad democrática y de libre expresión? Otros desean caer bien o no enemistarse con quienes gobiernan ahora, un tripartito de izquierdas en el ayuntamiento de Castellón y en la Generalitat, con un socialista al frente –Amparo Marco y Ximo Puig-, y en ambos casos dejando hacer a Compromís en materias educativas y culturales: es parte de un pacto político nada ingenuo.
Una concejala de Compromís reparte los libros LGTBI a once IES. Una juez estima el recurso de Abogados Cristianos y ordena su retirada cautelar. La alcaldesa, en pleno Congreso Federal del PSOE, dice que pedirá explicaciones a la concejala, y alega ignorancia. Pero Mónica Otra y Vicent Marzà ya arremeten con tuits contundentes, durante el fin de semana, contra la decisión judicial. Oltra convoca rueda de prensa el lunes, en Castellón, para expresar glosar su desacuerdo, y no ahorra en declaraciones agresivas: no se retirarán los libros de los institutos, hay jueces que no saben o no aplican la ley, etc. Ya sabemos que Oltra está nerviosa por otros asuntos. Compromís movilizado por la decisión judicial, anunciando recursos y rueda de prensa…mientras Amparo Marco se hace una idea. Una actuación del ayuntamiento corresponde a la alcaldesa acometerlo: pues no, Compromís arrolla y dice lo que hay que hacer.
Aportemos un poco de sentido común. Respeto a la temática LGTBI, pero sin necesidad de herir a otros. Compromís, con Mónica Oltra a la cabeza, destila una sospechosa autosuficiencia: ellos saben qué y cómo defender la igualdad sexual, imponen el proceso sin tratarlo con los padres, y se niegan a aceptar cualquier aportación de quien discrepe en cómo hacerlo. Su recurso infantil es calificar de “fascista” a quien discrepe de ellos. Yo respeto a los gays, a los de diversa raza, a los de diversas convicciones religiosas, pero lejos de mí considerarme poseedor del mejor modo de hacerlo ni ser perfecto: procuro escuchar, leer, aprender. Pueden cometerse errores, con libros inconvenientes para cierta edad. Oltra ataca, no escucha, y nunca pide perdón.
La batalla judicial sigue, mientras COVAPA –con su presidenta Sonia Terrero a la cabeza–, que agrupa a 250.000 familias de centros públicos valencianos, ha mostrado el ninguneo en esta materia y su indignación. Pregunto a Oltra: ¿también COVAPA es fascista, porque discrepa y únicamente pide participar de verdad en la educación de sus hijos? ¿Quién es fascista? Tal vez el que es elegido cada cuatro años.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.