Carlos Mazón era un cadáver político hace tiempo. No es el único ni el principal responsable de la trágica DANA del 29 de octubre de 2024, pero estaba sentenciado tras su inacción en esa tarde fatídica por la comida con la periodista Maribel Vilaplana en El Ventorro, y sobre todo por la campaña cruel desde el primer momento de acoso y derribo por parte del Gobierno central.
Algunas asociaciones de víctimas de la DANA se reunieron en Madrid este lunes, para manifestar que no basta con la dimisión de Mazón, que no pararán hasta que estén en la cárcel los responsables de la tragedia. Ojalá.
Falló todo antes de la riada, durante y después. Ceñir toda la responsabilidad a Mazón es injusto y no sostiene el más mínimo análisis, pero en España está creciendo un clima político en que se transige en la izquierda por sus errores o corrupción a base de buscar siempre un “culpable” en la derecha, movilizando calles, repitiendo consignas equívocas o falsas, utilizando canales de opinión pública.
Nadie dimite en el PSOE. Ni la imputación de Begoña, el hermano de Sánchez, el fiscal general imputado, el procesamiento de los dos últimos secretarios de Organización del PSOE, el caso de las prostitutas elevadas a empleos públicos, el dinero yendo y viniendo en la sede del PSOE, paralizar en 2021 Teresa Ribera unas obras claves para evitar la riada, y un largo etcétera, ¡y no dimite nadie! Dimitir no es “progre”, solo es para el PP.
Cuando menos es interesante leer dos artículos del arquitecto valenciano Julio Gómez-Perreta, “Sánchez y la izquierda miserable” y “El linchamiento de un presidente”, este último del pasado 31 de octubre.
Julio Gómez-Perreta es hijo de Claudio Gómez-Perreta, el ingeniero que, junto con el arquitecto Fernando Martínez García-Ordóñez, llevó a cabo el nuevo cauce del río Turia en Valencia, el Plan Sur de Valencia, que ha salvado con total solvencia de la catástrofe. Por familia y prestigio profesional, vale la pena conocer su opinión.
Este arquitecto prestigioso estuvo en la Comisión del Senado, en la del Ayuntamiento de Valencia y también en la de las Cortes Valencianas. Ha participado en coloquios y debates con expertos en ingeniería hidráulica. Sus opiniones coinciden con las de esos expertos, que no son líderes del PSOE ni del PP. No ser de ningún partido político va a ser condición para otorgar credibilidad.
Gómez-Perreta no tiene dudas: antes de la DANA, el Ministerio de Transición Ecológica y su Dirección General del Agua es el máximo responsable. Teresa Ribera nos privó del Sistema de Alerta Temprana que tienen otras cuencas menos peligrosas.
Durante la riada, todo funcionó mal: AEMET, Confederación Hidrográfica del Júcar, CECOPI, los canales de comunicación de la administración y los del terreno. Falló la coordinación y el resultado fue la tragedia y el caos.
Gómez-Perreta destaca que, cuando todo falla, “es absurdo buscar culpables”, y que la solución es un Centro Nacional de Emergencias. ¿Se le hará caso?
Luego vino el cruel cálculo político. Varias comunidades autónomas afectadas. El Gobierno central se quitó del medio, aunque se reunían todos los requisitos para que declarase la emergencia nacional, porque estaban fallando infraestructuras estatales. Este arquitecto señala a Marlaska, que debía haber tomado el mando con protección civil, ejército, bomberos y sanitarios. No hubo helicópteros, equipos anfibios, maquinaria pesada… Solo las palas de los voluntarios para quitar el barro.
Un alto cargo militar ha comentado recientemente que, en 300 kilómetros a la redonda de donde se produjo la riada, había 10.000 militares que podían haberse movilizado. En cambio, tres días sin nadie, solo voluntarios a partir del tercer día… y una unidad de bomberos franceses.
Gómez-Perreta evoca: “Qué envidia la reacción del Estado en las inundaciones de Bilbao” y aquel fatídico “si necesitan ayuda, que la pidan”, de Pedro Sánchez, al que llama “trilero”.
Nadie dimite en la izquierda, organizada en minorías adiestradas y sostenidas, “mientras que la masa silenciosa y amorfa, que somos los demás, estamos a lo nuestro y apenas nos conmueve el linchamiento” (de Mazón), afirma este arquitecto.
Ahora PP y Vox tienen la oportunidad de pactar un presidente autonómico transitorio, para continuar con la reconstrucción. Santiago Abascal ha adelantado que no se va a conformar con unas “lentejas”, a la vez que reconoce que Mazón ha sido un “chivo expiatorio” y que el principal responsable es Pedro Sánchez. Alguien dirá que, si se culpa a Pedro Sánchez, es ser de Vox, ¡al tiempo! Sectarismos y complejos nos cercan.
No deseo añadir más opiniones. Reflexionar lo que ha escrito el prestigioso arquitecto valenciano Julio Gómez-Perreta es lo más útil, y que cada uno saque sus conclusiones.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.
