1.-Aquellos belicosos griegos, según las narraciones mitológicas de Homero y de Virgilio, durante diez años trataron de asaltar las altas y sólidas murallas de Troya. Nunca consiguieron su objetivo, hasta que Odiseo (Ulises para los romanos) propuso la fantástica idea de construir un caballo de madera que engañase a los troyanos y les permitiese al acceso al recinto urbano. Todo lo demás es ya mitología conocida.
2.- Hace la friolera de 771 años –aproximadamente- un rey aragonés conquistó estas tierras para la cristiandad y para reunificar la España cristiana. Su legitimidad política procedía de la misma Corona de Aragón. Nada tenía que ver con una inexistente Cataluña. Le acompañaban un selecto grupo de caballeros aragoneses y catalanes, precedente fundacional no bien valorado de la pluralidad cultural de estas tierras, aunque a la mayoría de los valencianos y durante muchos siglos esta circunstancia tampoco les importase demasiado.. Los descendientes de aquellos caballeros, por decisión testamentaria del propio Jaime I, crearon un reino llamado de Valencia con entidad propia, que alcanzó un prestigio cultural, comercial y económico de indudable alcance. Los valencianos participaron generosamente en los proyectos nacionales y muchos de sus hijos como soldados en los famosos tercios o como tesoreros de la Corona. Durante la llamada Guerra de Sucesión –que nunca pasó de ser una guerra civil-, algunos se inclinaron por la fórmula austriaca y otros por la fórmula francesa. Unos y otros nunca pensaron que su opción representase una ruptura de la unidad de España.
3.- Otros hechos heroicos acaecidos durante la Guerra de la Independencia son silenciados sospechosamente en los manuales de historia destinados a los niños catalanes de cuyas almas trata de borrarse cualquier vinculación afectiva con la gran empresa nacional española. Y si por estos catalanistas radicales fuera hasta se prohibirían las retrasmisiones televisivas de los triunfos de Nadal o de la selección española de fútbol. En el pasado mes de marzo, el alcalde socialista de Vila-real se negó a participar en el homenaje conmemorativo del Nueve de Marzo, es decir no quiso reconocer con su presencia que muchos hijos de Vila-real murieron ese día por defender la independencia de España contra el francés.
4.- Hace más de treinta años, un buen amigo me enseñó una fotocopia de cierta transferencia bancaria procedente de Barcelona destinada a una asociación que ya se distinguía entonces por sus actividades catalanistas, dentro de los márgenes que la legalidad vigente permitía. Comenzaba a construirse un sofisticado Caballo de Troya, apoyado por el nacionalismo catalán y por la entelequia de los llamados Paisos Catalans que encontró un buen valedor en la obra de un antiguo militante falangista llamado Joan Fuster. Y la verdad es que este nacionalismo en la super estructura universitaria ha tenido un éxito notable, en parte por el decidido apoyo que le ha prestado el PS-PV, en parte por la escasa calidad dialéctica y testimonial de sus oponentes y en una gran parte por los complejos en esta materia del Partido Popular. Si hoy el nacionalismo controla las universidades valencianas, excepto el Politécnico, se debe a que durante años y años las instituciones catalanas de una manera inteligente y eficaz han gastado mucho dinero en becar y formar a cientos de profesores universitarios, de secundaria y de primaria. Aunque también es cierto que estos éxitos no son acompañados por una pareja extensión del catalán como lengua habitual de comunicación entre los universitarios y entre los escolares. Y esto lo saben muy bien los que manejan las encuestas en los recintos universitarios.
5.- El Caballo de Troya hace tiempo que se encuentra dentro de la ciudadela valenciana. El hoy Ulises u Odiseo se llama Eliseu Climent, presidente de Acció Cultural del País Valenciá. En los últimos años ha recibido más de cinco millones de euros procedentes de las instituciones controladas por la Generalitat Catalana. La lista de donaciones sería interminable. Baste recordar que durante el gobierno socialista, sin ningún reparo por el PSOE, se aprobó una partida de 300.000 euros para subvencionar las actividades culturales y catalanistas de Acció Cultural en nuestra Comunidad.
6.- Hace tiempo se celebró en la UJI una reunión para tratar sobre la devolución de los famosos expedientes sumarísimos llevados a Madrid. Entre los asistentes a la reunión, a muchos nos llamó la atención la presencia de Eliseu Climent. Nos dijeron que participaba como asesor cultural del subdelegado del gobierno de Valencia, designado por el ministerio de Cultura. Perfecto; entrega incondicional. Ya lo sabemos: si el PS-PV gana algún día las elecciones en Valencia, terminarán de apearse los soldados escondidos en el Caballo de Troya, abrirán las puertas de par en par a la invasión pancatalanista; implantarán una inmersión lingüística tan radical como en Cataluña. Muchos médicos y funcionarios emprenderán el camino del exilio, se multará a los comerciantes por no rotular sus negocios en catalán. Y veremos, que nadie lo ponga en duda, a un victorioso Carod Rovira asomarse a los balcones del Ayuntamiento de Castellón, indicando con los dedos el signo de la victoria.
7.- Ese día más de algún dirigente del Partido Popular, y más de algún destacado hombre de ciencia o de la cultura de esta tierra tan nuestra, tendrá que escuchar las amargas palabras, según la leyenda, escuchó Boabdil: ”Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Pero también tengo la esperanza en una nueva generación de dirigentes populares y de intelectuales universitarios que sin el complejo de que les llamen despectivamente blaveros o de extrema derecha, -recurso dialéctico poco imaginativo de la izquierda contra quienes les llevan la contraria- sabrán defender con las mismas armas de la cultura y de la democracia, la naturaleza plural de esta tierra; dirigentes que pensarán como don José María Pemán que el catalán es como un hermoso vaso de agua clara. Pero que lo es, allá, en Cataluña, en la hermosa tierra de la Mare de Deu de Montserrat.
Amigos míos: nunca será mejor dicho: cada uno en su casa y Dios en la de todos. Y con mis mejores respetos a la gran Cataluña a la que tanto quiero y admiro, a pesar de las locuras separatistas de muchos de sus dirigentes políticos.