Hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down, institucionalizado por la ONU. Cada 21 de marzo es un recordatorio de lo que necesitan las personas que tienen este síndrome y el apoyo familiar, educativo, profesional y social que les prestamos.
Hay verdades que remuerden la conciencia social, como lo es que España es el país del mundo donde nacen menos personas con Síndrome de Down: 1 de cada 1.600 nacimientos, cuando la media mundial es de 1 por cada 730 nacimientos. Es decir, que tenemos una cruda realidad: muchos fetos que son diagnosticados con este síndrome no llegan a nacer, son abortados. La primera inclusión es dejarlos nacer, así de clara y rotunda es la realidad. Por tanto, el diagnóstico prenatal tiene una clara orientación eugenésica, por no añadir que tiene un sesgo genético importante.
En España hay 35.000 personas con este síndrome, un número estable. Hay 88 entidades en nuestro país que trabajan por mejorar su calidad de vida, agrupadas en la Federación Down España. Miembros de estas entidades apuntan a la información que se da a las gestantes y a los diagnósticos prenatales, que acaban siendo impuestos con una información insuficiente para los padres. Y, desde luego, lo decisivo es la decisión de los padres, de la madre. Hay una clara discriminación que se ha denunciado a la ONU, y desde la ONU se ha instado a nuestro país a modificar este aspecto de la Ley del Aborto. La legislación abortista de nuestro país ampara esta realidad vergonzante, pues hasta la semana 22 del embarazo se puede abortar por este motivo.
La campaña de este Día Mundial, en este año 2018, lleva por título “Auténticos”, y ha elaborado un vídeo que en sólo una semana ha obtenido 138.000 visualizaciones. Intervienen también en este vídeo padres y familiares de quienes padecen este síndrome.
Merece la pena ver el cortometraje “Distintos”, una comedia que protagonizan dos chicos con Síndrome de Down, que quieren acudir a un concierto de Alejandro Sanz, un cantante muy implicado en esta causa y en otras ONG.
Ante medidas de inclusión de las personas que tienen Síndrome de Down, me comentaba un amigo que hay una buena dosis de “hipocresía social”, porque en muchos ámbitos se celebra el día del árbol, por ejemplo, y en los colegios y otras entidades debería celebrarse con más motivo el día de los discapacitados y del Síndrome de Down, aunque implica reconocer que a muchos miles ni se les permite nacer.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.