La alcaldesa de Valencia, María José Catalá (Valencia, 1981), es un valor muy consolidado en el PP, y por supuesto en la ciudad de Valencia. Tiene liderazgo, capacidad de trabajo y una gran experiencia política ya, a una edad temprana.
El pasado martes no desaprovechó la ocasión de una nueva edición de los Premios Rey Jaime I, en Valencia, para pedir al Gobierno en su discurso un Plan Sur Metropolitano con urgencia, en presencia del rey Felipe VI. También estaba presente Diana Morant, ministra de Ciencia.
Catalá volvió a alabar el Plan Sur que desvió el cauce del río Turia a su paso por Valencia, tras la riada de 1957. Si hace 60 años se fue capaz de desviar todo un río para evitar una tragedia, ahora -un año después de la trágica Dana del 29 de octubre-, se tendría que estar trabajando en una gran solución de ingeniería hidráulica.
Con valentía y rigor histórico, la alcaldesa se comparó con el entonces alcalde Tomás Trénor, que exigió al Gobierno lo que era justo para Valencia: “le costó el puesto pero consiguió acelerar el Plan Sur”.
María José Catalá quiere seguir siendo alcaldesa mientras los valencianos quieran, como ha repetido en diversas ocasiones. La delicada situación política tras la dimisión de Carlos Mazón la está sorteando con claridad y habilidad.
Tiene cualidades que recuerdan a Rita Barberá, por empuje y simpatía. Le pueden votar jóvenes y mayores, y votantes de otros partidos a nivel autonómico o estatal.
Es lógico que en Génova la vean al frente del Consell, pero el PP valenciano en estos momentos prefiere otra solución, transitoria o no. Juanfran Pérez Llorca es una aceptable solución, y Catalá no tiene sustituto con tirón en el ayuntamiento.
Ya llegarán las elecciones autonómicas, para las que no falta tanto. Si Catalá repite en el ayuntamiento, aportará votos también para las autonómicas, como sucedió con Rita Barberá: ella, alcaldesa, y un casi desconocido Eduardo Zaplana, alcalde de Benidorm, que logró llegar a ser presidente de la Generalitat en 1995, en buena parte por la labor y el tirón de Rita Barberá. Ser alcaldesa de la tercera ciudad de España no es fácil, luce mucho si se gobierna con acierto, y de ello son conscientes en Génova.
María José Catalá tiene un porvenir político brillante, como ha sido hasta ahora su carrera política. Con Alberto Fabra fue consellera de Educación y Cultura, y portavoz, por su talante sereno, dotes de comunicación y flexibilidad.
Es doctora en Derecho, con una tesis significativa: “El tema de nuestro tiempo: política y ciudadanía”, proponiendo medidas para paliar el abismo entre votantes y sus representantes políticos, fomentando la transparencia y la participación. Es realista, prudente y optimista. Su labor como alcaldesa en estos dos años se nota.
En las elecciones municipales de 2023 ganó en 76 barrios de Valencia y logró la alcaldía, con el apoyo de Vox. Su madurez y flexibilidad política se han puesto de manifiesto liderando en circunstancias muy difíciles.
Compagina la energía y las formas amables, sabe guardar distancias cuando la situación lo requiere: no lo está teniendo nada fácil. Si hay alguien en el PP que puede lograr una mayoría absoluta o cercana en las próximas elecciones municipales, es María José Catalá.
Ahora, tras la Dana, lo tiene muy claro: un Plan Sur Metropolitano, pero que ya urge empezar a trabajarlo. Ojalá los valencianos, y el área metropolitana, puedan ver pronto este sueño hecho realidad, porque la realidad es que, a fecha de hoy, no está mejor si hay otra riada similar, aunque cueste entender tal demora.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.
