Tras conocerse el “gobierno en la sombra” de Pedro Sánchez, la perplejidad y las críticas no han cesado. Se han escuchado críticas que van desde la falta de apoyos que tiene Sánchez en el actual partido, la repesca de cargos de los años 90 y la abultada cifra de independientes. También los socialistas valencianos están molestos con la consellera Montón, una de las integrantes de ese “gobierno en la sombra”, que vienen a reconocer las críticas que hace tiempo ha efectuado el PP valenciano de que Carmen Montón tenía y tiene la mirada puesta en Madrid y poco en la Comunidad Valenciana.
Si en política se suele decir que, cuando se niega algo, es porque es cierto, las palabras de Montón saliendo al paso de las críticas, en el sentido de que su compromiso está en estas tierras, han sonado a confirmación de sus ambiciones políticas, y hasta con cierta sorna se han percibido por parte de todos los partidos políticos. Suficientemente convulso y equilibrista es el actual Consell, como para que un área tan decisiva como la Sanidad se vea envuelta en la provisionalidad que genera ahora – o lo confirma – la integración de Montón en el hipotético gobierno de Pedro Sánchez.
Montón, licenciada en Medicina, curtida en la política, es secretaria de Igualdad en la ejecutiva federal del PSOE. Con ese dato, parece lógico que Sánchez cuente con ella. Las críticas del PP a la gestión de Montón como consellera de Sanidad, afirmando que ha dedicado poco tiempo y cabeza, dejándose llevar en diversos nombramientos de la Consellería por criterios no transparentes, con abundante polémica, y excesivamente pendiente de los movimientos agitados que vive el PSOE en Madrid.
El PSOE y el PSPV pasan por momentos muy delicados. Los peores resultados de su historia el 20-D, y unos temores más que fundados a que sean todavía peores el próximo 26-J, con la circunstancia de que Unidos-Podemos le puede superar en votos, aunque probablemente no en escaños. El PSOE se desangra, entre los zarpazos de Unidos-Podemos, de Ciudadanos y de la abstención.
La abstención de los votantes socialistas en la Comunidad Valenciana puede verse incrementada el próximo 26-J con decisiones como la de Carmen Montón, de aceptar ir en ese “gobierno en la sombra” que es más bien una jugada de último recurso, para presentarse con un equipo fiable, preparado y con apariencia de apoyo integral del PSOE, en vez de apostar por mantener a Puig ante el protagonismo de Oltra, y también de Podemos. Motivos tiene Puig para estar enfadado.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.