La suerte está echada

En tres días van a desvelarse las últimas dudas que hemos venido arrastrando desde hace meses e incluso desde hace años ¿Vencerá la derecha? ¿Lo hará la izquierda? ¿Podrá hacerlo el PP en solitario? ¿Cuántos votantes por correo se quedarán sin votar? ¿Quién quedará en tercer lugar? ¿Vamos a presenciar no solo la derrota del PSOE sino también la del ‘sanchismo’?

Después de un debate a dos y otro a siete, acabamos de ser testigos de un extraño encuentro a tres. Evidentemente Sánchez buscaba con éste desquitarse de la vergonzante derrota sufrida en el cara a cara. A su vez Abascal y Díaz intentaban recuperar fuerzas que les acercaran a los mejores momentos de Vox y de UP en que habían llegado a alcanzar cada uno más de medio centenar de escaños, encontrándose ahora, según las encuestas, en la mitad de tales cifras.

Por eso en el tercer y último debate celebrado anoche, Feijóo se ausentó y Sánchez se arrinconó para que Abascal y Díaz pudieran discutir a su aire. La lideresa de Sumar lo hizo al bajísimo nivel al que nos tiene acostumbrado buscando de forma burda el voto de la mujer, de los LGTBIQ y del obrero. Abascal se defendió bastante bien de sus dos rivales buscando un honroso tercer puesto el 23J y con momentos estelares como cuando definió al PC como el peor partido del mundo o cuando recordó las indignas fotos de Yolanda acompañando a los narcodictadores bolivarianos. Un debate de menor nivel, totalmente irrelevante al que Feijóo hizo bien en no sumarse.

Ahora que todas las cartas están repartidas, ahora que se han acabado las encuestas     -¿Por qué cuatro días sin ellas? También en esto ‘Spain is different’- y solo queda un día de campaña, podemos sacar las últimas conclusiones.

1. Estas elecciones vienen marcadas por la gran encuesta que conocieron el 28M, en que la derecha del PP con el apoyo de Vox barrió. Todo cuanto ha ocurrido durante la campaña ha venido condicionado por aquel resultado.

2. Las elecciones vienen marcadas también por la decisión de Sánchez de fijar las elecciones para el 23J, lo que conllevaba el riesgo de una participación baja y la seguridad que habría un elevado voto por correo, que ha superado los dos millones y medio de votantes un importante porcentaje de los cuales pueden quedar sin sustanciarse. No se tratará exactamente de un pucherazo pero si será consecuencia de la elección de una mala fecha y la carencia de medidas indispensables para evitar el caso que se avecinaba.

3. Todas las encuestas fiables dicen que va a ganar las elecciones el PP con unas cifras que oscilan entre los 140 y 160 escaños. En ningún caso alcanzaría en solitario la mayoría absoluta teniendo que buscarla en pactos con Vox como ya los ha operado en diversas Comunidades Autónomas (CV, Baleares, Extremadura) y en numerosos municipios, aunque a escala nacional Feijóo mantiene su tesis de gobernar en solitario, lo que resulta complejo como indica el caso de Murcia.

4. Como dice Michavila, infalible mago de Gad 3, si el PP alcanzara los 160 escaños, Sánchez no llegaría a septiembre como secretario general del PSOE ya que quedaría por debajo del nivel de 2019. Ese sería el camino estable para acabar con el ‘sanchismo’ y buscar la reconstrucción de un Socialismo tan respetable como necesario.

5. Es evidente que Feijóo no se siente feliz teniendo que pactar con Abascal y estaría dispuesto a alcanzar la Presidencia buscando la abstención de PSOE, o los apoyos de partidos como el PNV -siempre arriesgado-, Coalición Canaria o cualquier otro excepto los separatistas o los filoterroristas, antes que tener que pagar a Vox los cargos correspondientes a la proporcionalidad de sus votos. No parece vaya a ser viable y si PP y Vox superan los 175 escaños esa será la coalición que nos gobernará. Y cuanto antes lo asumamos y lo hagamos sin complejos, tanto mejor.

 

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.