En el capítulo anterior narramos la Revolución Naranja, consecuencia de una Ucrania dividida entre una vocación nacional y euroatlántica y otra regional y paneslavista. A este polvorín, la UE acercó la mecha encendida de la denuncia por fraude electoral en las elecciones de finales de 2004, en donde se enfrentaron los intereses de la UE en favor del candidato europeísta Yúschenko; y de Rusia, en apoyo del pro ruso Yanukóvich. Aunque venció Yanukóvich, las presiones de la UE desencadenaron una Revolución cuya única salida fue la repetición electoral, que en este caso, ganó Yúschenko, el cual, como eje principal de su política, inició los trámites para la adhesión de Ucrania a la UE.
En este capítulo vamos a narrar cómo se desencadenó una segunda revolución en Ucrania que, al igual que con la anterior, la UE puso algo más que su granito de arena para que estallara.
ELECCIONES DE 2010, VENCE EL CANDIDATO PRO RUSO YANUKÓVICH
A comienzos de 2010, tras los cinco años reglamentarios de mandato de Yúschenko, se volvieron a celebrar elecciones presidenciales. En ellas, el 7 de febrero y en segunda ronda electoral, el pueblo ucraniano dictaba sentencia en contra de la Revolución Naranja, eligiendo como presidente al candidato pro ruso Yanukóvich del Partido de las Regiones, que venció con un 48,95% frente a un 45.47% de la Primera Ministra del Gobierno de Yúschenko y líder destacada de la Revolución Naranja, Yulia Timoshenko.
A pesar de que ésta volvió a denunciar irregularidades, esta vez no tenía credibilidad alguna, ya que las elecciones se habían celebrado con el poder en sus manos y la UE no tuvo otro remedio que reconocer a Yanukóvich como presidente de Ucrania.
EL FRACASO DEL ACUERDO DE ADHESIÓN A LA UE
El presidente Yanukóvich buscó el equilibrio entre un afianzamiento de las relaciones con Rusia y la continuidad del proceso de adhesión a la UE, iniciado por su predecesor, con el propósito de que Ucrania se convirtiera en un Estado bisagra entre los dos poderes europeos.
Así es que, al tiempo que el 30 de marzo de 2012, el presidente Yanukovich iniciaba la negociación para formalizar el Tratado de Asociación con la UE, también se ocupaba del acercamiento a Rusia para "encontrar el modelo apropiado" para la cooperación con la Unión Aduanera de Bielorrusia, Kazajistán y Rusia.
No nos engañemos, la neutralidad de Ucrania hubiera sido el mejor escenario para todo el continente, pero la UE no lo entendió así, y el 25 de febrero del 2013, el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, declaró que: "un país no puede ser al mismo tiempo miembro de la Unión Aduanera y estar en el área de libre comercio con la Unión Europea". Esta afirmación absolutista de Durão Barroso es totalmente falsa, porque un país soberano puede establecer las relaciones comerciales con quien considere conveniente para su mejor desarrollo económico; otra cosa es que, detrás de esta incompatibilidad señalada por Durão Barroso, se encuentren otros motivos opacos, distintos de los puramente económicos, posiblemente relacionados con las luchas de poder entre EEUU y Rusia, actuando la UE como una marioneta manejada por EEUU.
Otra condición insalvable que puso la UE a Ucrania para la formalización del Tratado fue la liberación de Yulia Timoshenco, condenada a 7 años de cárcel el 11 de octubre de 2011 por ser hallada culpable de abuso de poder por un Tribunal Ucraniano. Ningún gobierno ni jefe del Estado de un estado democrático de derecho, puede corregir decisiones judiciales, ni puede consentir que países extranjeros le impongan condiciones de este tipo.
Las pruebas periciales de una causa judicial las tiene el juzgado encargado de juzgar la causa; además dicho juicio, para mayor transparencia, fue retransmitido por televisión. A la UE, no solo le faltaban criterios suficientes para valorar si la condena por un determinado caso de un país no miembro es o no justo, sino que el requisito que debe de exigir al país solicitante es que su Constitución y sus leyes garanticen la separación de poderes. Si las leyes durante el Gobierno de Yúschenko, momento en el que se inicia el proceso de adhesión, reunían las condiciones para permitir la adhesión de Ucrania a la UE, el gobierno de Yanukovich también las reunía, ya que este no las cambió.
Según la acusación, Timoshenko firmó sin estar facultada para ello, un contrato de suministro de gas con Rusia, oneroso para Ucrania. La decisión de la firma de dicho contrato correspondía al Gabinete de Ministros en pleno, y no únicamente a Timoshenko. Además, la Fiscalía la acusaba de haber presionado a la empresa gasística estatal Naftogaz para que firmara el acuerdo con la rusa Gazprom.
Averiguar si la sentencia fue o no justa sin conocer todas las pruebas y todas las declaraciones es complicado, pero esta no era la primera vez que Timoshenko se enfrentaba a la justicia; su trayectoria empresarial y política no fue precisamente un ejemplo de transparencia y limpieza. Timoshenko pertenece a esa élite ucraniana de rápido enriquecimiento tras el desmembramiento de la URSS, aprovechando el vacío normativo y el desorden general postsoviético, convirtiéndose en multimillonaria con el negocio del gas, del que se ganó el apelativo de “princesa del gas”. Fue cesada por el presidente Kuchma en enero de 2001 bajo cargos de falsificación de documentos y contrabando de gas natural ruso durante su tiempo como Presidenta de Sistemas Unidos de Energía de Ucrania entre 1995 y 1997. Fue arrestada por malversación de fondos en Ucrania, pero fue liberada y los cargos fueron sobreseídos semanas después. También fue arrestada en Rusia en febrero de 2001 por delitos financieros. Además, tanto su socio de negocios, el ex primer ministro de Ucrania Pavlo Lazarenko, como su propio marido Oleksandr, tuvieron que huir de Ucrania acusados de malversación de fondos y corrupción.
Las presiones de la UE para la liberación de Timoshenko continuaron durante la Eurocopa 2012 con un llamamiento de la UE a boicotear el evento que se iba a celebrar en Ucrania, que fue seguido por la mayor parte de los países socios con Alemania a la cabeza.
Por fin, la condición de la UE para la firma del Acuerdo de liberar a Timoshenko, fue tratado y rechazado por la Rada Suprema el 21 de noviembre del 2013; el acuerdo de asociación se venía abajo, y ese mismo día el gobierno ucraniano, encabezado por Mikola Azárov, publicó una nota oficial en la que informaba que “el proceso de preparación de la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea quedaba suspendido”.
A pesar de ello, el presidente Yanukóvich acudió el 29 de noviembre de 2013 a la cumbre en Vilnius con la intención de formalizar el acuerdo, pero este no fue firmado. La UE rechazó tanto la solicitud de Ucrania de apoyo financiero que compensara las perdidas del país ante la rotura del acuerdo con Rusia si se firmaba el acuerdo, como la propuesta de iniciar conferencias tripartitas entre Rusia, Ucrania y la UE, con Ucrania como eslabón de unión para alcanzar acuerdos beneficiosos para las tres partes. ¿A quien podían perjudicar estos acuerdos? Incomprensiblemente, la UE rechazó la propuesta.
A pesar de las grandes ventajas que suponían la estabilidad en la región y el asegurarse las importaciones del gas natural ruso a través de Ucrania, el esfuerzo negociador de la UE fue nulo. No es que la UE renunciara a ello, sino que ya tenía otros planes para desestabilizar Ucrania y cambiar al gobierno por otro que no impusiera entendimientos con Rusia.
EL EUROMAIDAN Y LA POSICIÓN DE LA UE
Así es como comienza el Euromaidan, una segunda revolución en Ucrania, apoyada por la UE y por EEUU, para derrocar al gobierno pro ruso de Kiev. Diariamente, se producían concentraciones en la Plaza de la Independencia de Kiev con discursos, tanto de líderes políticos opositores, como de extranjeros que venían en apoyo a la rebelión.
A partir del 22 de enero de 2014, las manifestaciones se radicalizaron, en parte, como vimos en la cronología de acontecimientos, por la represión policial, que comienza a costar vidas humanas. Pero ¿de verdad es posible que el hecho de no alcanzar un acuerdo de asociación con la UE puede derivar en una revolución violenta que lleve a derrocar a un gobierno?; ¿de verdad es posible que la gente se juegue la vida en la calle en un país en donde las circunstancias actuales las puede cambiar el pueblo cada cinco años con su voto? Sin duda alguna hace falta que alguien, con mucho poder, alimente estos procesos provocando sucesos que puedan encender los ánimos de los ciudadanos, así como publicitarlo adecuadamente para manejar las acciones del pueblo hacía una violencia injustificada. Las muertes no eran solo de manifestantes y según se pudo averiguar a toro pasado, gracias a una grabación entre la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el Ministro de Exteriores estonio, Urmas Paet, que se hizo pública el 05MAR2014; Ashton afirmaba que "se hace cada vez más evidente que detrás de los francotiradores no estaba Yanukóvich sino alguien de la nueva coalición ucraniana”. La autenticidad de la grabación fue reconocida por Paet. Según algunos testimonios los mismos francotiradores disparaban a manifestantes y a policías.
La UE y EEUU, que debieran desaprobar cualquier revolución en contra de un gobierno salido de las urnas, no solo no intentaron mediar para calmar una situación que podía desembocar en una guerra civil, sino que la alimentaron; su deseo de sacar a una Ucrania, libre de elegir su futuro, de la órbita de una Rusia, que ya no es comunista, era más fuerte. Sus esfuerzos diplomáticos fueron dirigidos a alimentar la revolución y así, el 4 de diciembre de 2013, el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania se reunió en Kiev con los líderes de la oposición para expresarles su apoyo; el 15 de diciembre de 2013, el Senador norteamericano John McCain visitó a los manifestantes en la plaza y les expresó su apoyo a la causa; también el secretario de asuntos exteriores norteamericano, John Kerry, de visita en la cercana Moldavia, puso su granito de arena en apoyo a la revuelta al afirmar que: “los ucranianos debían de poder decidir su futuro”, ¿tal vez ignoraba Kerry que Yanukóvich era Presidente porque había ganado unas elecciones?. Finalmente, el 20 de febrero de 2014, tres ministros de exteriores de la Unión Europea (Radosław Sikorski, de Polonia, Laurent Fabius de Francia y Frank-Walter Steinmeier de Alemania) llegaron a Kiev para presionar a Yanukóvich a pactar con los líderes de la revolución, la formación de un gobierno de coalición, elecciones anticipadas y una reforma constitucional; es decir, le estaban pidiendo su rendición; la rendición de un gobierno legalmente constituido, a una revuelta con métodos nada democráticos, pero del agrado de los “muy democráticos” países de la UE.
EL EUROMAIDAN Y LAS INJERENCIAS DE SOROS Y EEUU
Pero hubo una intervención en la revolución aún más directa y decisiva: gracias a la filtración de 2576 documentos internos de la “Open Society Foundation”, perteneciente al magnate George Soros y que publicó el sitio Web DC Leaks, podemos conocer de la injerencia directa de EEUU, a través de USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) y del propio George Soros en las revueltas del Maidan.
George Soros es un magnate estadounidense de origen húngaro que promueve fundaciones y ONG,s, que bajo una máscara filantrópica y en defensa de la libertad y la democracia en el mundo, se esconde la incitación a revoluciones y guerras que eliminen gobiernos molestos a ciertos intereses económicos y que, colateralmente, puedan reforzar el poder del bloque occidental. A estas revoluciones se las denomina con el nombre genérico de “Revoluciones de Color”, y en ellas participa activamente la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA), la ya nombrada USAID, el National Endowment for Democracy (NED), la Freedon House, y como no, las fundaciones y ONG,s de Soros financiadas por su Open Society Foundation. Ejemplos de estas revoluciones, aparte de la Revolución Naranja y la del Maidan en Ucrania, podemos citar: el derrocamiento de Milosevic en Yugoeslavia (2000); la Revolución de las Rosas en Georgia (2003); la Revolución de los Tulipanes en Kirguistan (2005); la Revolución del Cedro en Líbano (2005); la fallida Revolución Blanca en Bielorrusia; y todas las revoluciones de la “Primavera árabe”. Lo que siempre ha pretendido la CIA: dominar los gobiernos de los países; lo hace mejor Soros con sus fundaciones y ONG,s
Las fundaciones de George Soros financian campañas publicitarias en medios de comunicación para poner a la opinión pública en favor de estas revoluciones y, en último extremo, financian también a líderes y criminales que se encarguen de moverlas desde dentro. Así es como Soros, a través de la sociedad “Open Society Initiative for Europe (OSIFE)”, proporcionó 750.000 dólares para financiar campañas informativas en países europeos con el propósito de decantar a la opinión publica en favor de la oposición ucraniana. Del mismo modo, a través de la ONG Ucraniana “International Renaissance Foundation (IRF)”, trabajó antes, durante y después del golpe, en favor de la independencia de Ucrania y de la toma del poder por una junta 'elegida' por el Departamento de Estado de los EEUU. Soros mantuvo extensas reuniones con casi todos los actores involucrados en los acontecimientos de la Plaza Maidan, entre quienes estaban los ministros ucranianos de Asuntos Exteriores, Justicia, Salud y Educación, así como el Embajador de EEUU en Ucrania, Geoffrey Ross Pyatt, y el Director de USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional).
En una entrevista para la CNN, en mayo de 2014, George Soros admitía su participación en los acontecimientos con estas palabras: "Creé una fundación en Ucrania antes de que se independizara de Rusia. Y la fundación ha estado funcionando desde entonces y ha jugado un papel importante en los acontecimientos actuales"
El Director de la IRF, en una publicación en el portal “The New American”, se jactaba de que ha hecho "más que cualquier otra organización" para "la transformación democrática" de Ucrania. Muchos de los participantes en manifestaciones del Euromaidán en Kiev eran miembros de ciertas ONG,s o fueron entrenados por las mismas en los numerosos talleres y conferencias patrocinados por la ya nombrada IRF de Soros.
Además, el portal Inforwars, publica que la operación militar de Kiev con su carácter violento, incluyendo el incendio en la Casa de los Sindicatos en Odesa que se saldó con decenas de muertes, también se puede atribuir directamente al activismo de diversas ONG,s financiadas por Soros. Aunque no se ha podido demostrar bajo que órdenes actuaron los francotiradores que produjeron victimas tanto en manifestantes como en policía, particularmente, veo la mano oscura de George Soros y de sus ONG,s.
FIN DE LA REVUELTA Y RECONOCIMIENTO DE LA UE DEL GOBIERNO PROVISIONAL
Según vimos en la cronología, el 20 de febrero se producen los hechos violentos del “Jueves Negro” que costó la vida a más de 60 personas entre policías y manifestantes; el país se encuentra al borde de una guerra civil. La adhesión a la UE ha pasado a un segundo término y la revuelta está en manos de los nacionalistas ucranianos del Pravy Sektor. El 22 de febrero de 2014 se consuma el Golpe de Estado; los opositores ocupan las principales instituciones de Kiev. Mientras tanto, el Presidente Viktor Yanukóvich, había abandonado Kiev con la excusa de asistir en Járkov a un congreso de su partido. La Rada Suprema, aprovechando la ausencia de Yanukóvich, lo destituye de forma ilegal, justificándolo como “abandono de funciones”; en su lugar, el europeista Oleksandr Turchínov asume la presidencia del parlamento.
Al día siguiente de la caída de Yanukóvich, el 23 de febrero, EEUU reconoce al nuevo gobierno salido de un golpe de estado y le pide a Rusia respetar la transición e integridad territorial de Ucrania. La UE, por su parte y en la misma línea que EEUU, informa que dará a Ucrania un crédito por 20 mil millones de euros para estabilizar el país. En cambio, el gobierno ruso reiteró que no reconoce al nuevo gobierno de Kiev, ya que considera a Víktor Yanukóvich «el único poder legítimo en Ucrania», y sostiene que «todas las decisiones adoptadas por la Rada en los últimos días suscitan serias dudas», pues en Ucrania «se derrocó al Presidente legítimo mediante un golpe de Estado».
DECISIONES INTENCIONADAMENTE ERRONEAS DE LA UE QUE CONDUCEN A LA REVOLUCIÓN DEL MAIDAN
Vistos los hechos, me inclino a pensar que no es posible que la UE cometiera los errores que se relatan a continuación, sin ser consciente de estar cometiéndolos y sin valorar los peligros a los que se podía llegar:
- Exigir la liberación de Timoshenko como condición indispensable para la firma del Acuerdo de Adhesión. Es una injerencia grave en la Justicia de un país y una ofensa imperdonable a su Gobierno.
- Considerar que no era posible que un país pueda llegar a acuerdos comerciales con Rusia y con la UE al mismo tiempo y rechazar la propuesta de Yanukóvich de iniciar conferencias tripartitas entre Rusia, Ucrania y la UE, con Ucrania como eslabón de unión.
- Apoyar un movimiento antidemocrático que quería imponer su voluntad, a base de revueltas violentas, contra un Gobierno legalmente constituido y lo que es peor, en contra de la otra mitad de la población que prefería un acuerdo con Rusia antes que con la UE. Si nos atenemos a encuestas, en noviembre de 2013, la población ucraniana se encontraba virtualmente dividida: un 38,0 % de los ucranianos apoyaba una asociación con Rusia, mientras que el 37,8 % prefería una asociación con Europa. El apoyo a la oposición podía llevar a Ucrania a una Guerra Civil, como así ocurrió poco después en la zona del Dombáss.
- No condenar la violencia de los manifestantes. Los francotiradores, como se probó después, estaban vinculados a la oposición e, intencionadamente, dispararon tanto a manifestantes como a policía, para conseguir aumentar la tensión y la violencia. El Maidán en su fase final se apoyó sobre pilares fundados en la intolerancia: el nacionalismo ucraniano debía ser xenófobo, homofóbico y antisemita; es increíble que la UE y EEUU no condenaran las acciones de los nacionalistas ucranianos del “Pravy Sektor”.
- La irresponsabilidad de apresurarse a reconocer a un gobierno ilegal salido de un golpe de estado; esto provocó tensiones internacionales y la reacción Rusia de apoyo a Crimea y las regiones del Este de Ucrania.
En el Próximo capitulo analizaremos la independencia de Crimea, la guerra del Donbáss y los vetos mutuos entre Rusia y la UE.
Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)