El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, anunció hace casi un mes que remodelará el Consell, en concreto el 5 de noviembre.

Es difícil recordar un espacio de tiempo tan prolongado para cambiar un Gobierno, casi dos meses. No me parece que esta espera tan larga esté motivada por la salida del teniente general Gan Pampols, vicepresidente segundo para la Recuperación tras la DANA, y que en estos diez meses ha dejado claro que se iría cuando pensara que su “misión” estaba acabada, al menos formalmente.

Gan Pampols se ha llevado muchos disgustos, aunque la mayoría los intuía y daba por hecho, ya que nada tiene que ver el ejército con la política. Aun así, es penoso que haya comprobado la nula coordinación con el Gobierno, la ausencia escandalosa de entre 23.000 funcionarios de la Comunidad Valenciana que no acudieron a una veintena de tareas que Gan Pampols necesitaba y que acabó encomendando a una consultora, las peleas entre partidos por encima de la eficacia, y un largo etcétera.

Eso sí: su disciplina y categoría personal están por encima de todo, guardará silencio por casi todo lo vivido, y volverá a la plácida vida de teniente general retirado.

Mazón se ha afanado en gobernar. La losa del 29-O pesa sobre él, y la izquierda no ha parado de pedir su dimisión, en manifestaciones mensuales con motivo de esa fecha.

Sin embargo, las encuestas dan como resultado que volverían a gobernar en la Comunidad Valenciana el PP con Vox, con un auge del partido de Abascal que va en aumento, con los jóvenes, con los desencantados de otros partidos incluidas mujeres asqueadas por las pulseras antimaltrato, la escandalosa vida de Koldo y Ábalos, y un largo etcétera que anuncia un voto femenino de castigo al PSOE, limitado, pero de castigo. La remodelación del 5 de noviembre la hará Mazón muy de la mano con Feijóo. Encarar ya el último tramo de legislatura exige prever.

Habrá que ver si hay un vicepresidente segundo que tenga peso, y que incluso sea uno de los posibles candidatos a presidir la Generalitat si Mazón finalmente no se presenta. 

O tal vez se quede con una vicepresidenta, la actual Susana Camarero, de la total confianza de Mazón y sin enemigos de entidad en el PP. Vicepresidenta, portavoz y consellera de Servicios Sociales. Aunque últimamente han saltado informaciones que apuntan a su falta de diligencia en un par de asuntos de la DANA, no le quitan el cartel de “favorita”. Y Susana Camarero podría ser la candidata en 2027.

Nadie duda de la capacidad de María José Catalá, la alcaldesa de Valencia. Ha preferido no salir junto a Mazón, ni en fotografías. Quiere seguir siendo alcaldesa y no quemarse por el 29-O. Además, no tiene relevo claro en el ayuntamiento de la tercera ciudad de España, y en unas elecciones municipales y autonómicas también tiene tirón su presencia para que los votantes se inclinen en las autonómicas por el PP.

Pululan rumores e hipótesis, pero me parece que obedecen a maniobras sin futuro. Entre ellas, alguien ha susurrado que Francisco Camps fuera nombrado vicepresidente segundo, y poder sustituir en su caso a Mazón en las autonómicas. En el PP valenciano es unánime la opinión de “¿cómo no se da cuenta de que su tiempo político ha pasado?”. Camps sigue teniendo reuniones con simpatizantes, ha creado una estructura en cada provincia.

O incluso Esteban González Pons, por su cercanía a Feijóo. Su experiencia suma, su talante a veces desconcertante –colaborador semanal de “El País”- no da tranquilidad en el PP. Más que difícil.

Isabel Bonig gozó de peso, prestigio y buen hacer. Pero fue víctima precisamente de Casado y Teodoro, para colocar a Mazón. Bonig comenta que “mi tiempo ya ha pasado y ahora les toca a otros”. Dolida, y con motivos. Pero tiene mucho tirón. Si se le ofreciera, no hay que descartarla del todo. Y un tirón también para el voto femenino, que podría ser una buena baza junto con Catalá en la alcaldía de Valencia.

Algún conseller cambiará el 5 de noviembre, y no hay que descartar que con alguno Mazón dé un golpe de efecto, como lo hizo al nombrar al teniente general Gan Pampols.

Susana Camarero es la mejor posicionada para seguir siendo la mano derecha de Mazón, y tal vez quien le suceda en dos años. Son rumores, hipótesis e incluso algo de política-ficción.