Mónica Oltra evita los problemas reales de los valencianos, se escabulle e impide que se resuelvan o que mejoren. En su lugar, se le ve entusiasmada con sus dos reuniones de “Otras políticas”, con Yolanda Díaz, Ada Colau y Mónica García, primero en Valencia y poco después en Barcelona: la siguiente supongo que será en Madrid. Oltra está más pendiente de las próximas elecciones, autonómicas y/o generales, que del gobierno ordinario de la Comunidad Valenciana. O eso parece.

En Les Corts se lo echó en cara la diputada Ángeles Criado, planteando en su intervención la pregunta de si Oltra está preparando su salida de Valencia. Está jugando políticamente a varias bandas, por lo que pueda pasar. El frente amplio feminista que está creando tiene varias opciones, y ninguna descartable ahora en el caso de Oltra, siempre destacando que la otra política que preconiza se centra en las personas.

¿En las personas? 35.000 personas dependientes han fallecido desde 2015 en la Comunidad Valenciana sin recibir la ayuda a la que tenían derecho, reconocida por la Consellería. Es decir, unas 5.000 al año. Personas muy vulnerables, necesitadas, que han fallecido mientras Oltra prefiere ayudar a otras personas. Y han tenido que afrontar sus familias los gastos de su atención, mientras Oltra repite una y otra vez su desvelo por las personas.  Le preocupa mucho más la difusión de los libros LGTBI en todos los centros públicos de la Comunidad Valenciana. Ni se incluye en los presupuestos una residencia en Onda, como prometió hace años. Sobran ejemplos.

La portavoz del PP en Les Corts, María José Catalá, ha calificado la actividad de Oltra como de “gira política”, a la vez que no actúa su Consellería en el caso de la residencia de menores con autismo de Campello, y le ha preguntado por qué no se actuó antes en un caso en el que hay tres detenidos. Por otra parte, Europa ha abierto una investigación sobre los menores tutelados, mientras Oltra ha impedido toda investigación en Les Corts. Personas vulnerables desatendidas por Oltra. Penoso.

El pasado domingo, en Barcelona, se retrató: nada de ampliar el puerto de Valencia, por perjuicios en las playas y en la Albufera. Feliz la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, presente en ese acto, viendo cómo potencia Oltra el puerto de Barcelona, al que ya van barcos que deberían ir a Valencia pero que no pueden atracar por falta de capacidad. Puestos de trabajo perdidos sin ningún rigor ni datos que avalen el torpedeo de Oltra, en beneficio de su compañera de gira política, Ada Colau. Asombroso.