Se acerca el 23J y las noticias no dejan de crecer. Los partidos se apresuran a tomar posiciones. Se reúne el comité federal del PSOE y en lugar de hacer un acto de contrición por los errores que les llevaron al descalabro del 28M, sacan pecho y aseguran no haber llegado hasta aquí (¿hasta dónde?) para ser derrotados en julio. En el fondo se temen -¿O saben?- que van a perder y van tomando posiciones para seguir viviendo del Erario: casi todos los miembros del Gabinete van de cabezas de fila en las elecciones. Dolores Delgado se ha colocado para rato al frente de la Memoria Democrática. Se trata con ello de hacer sobrevivir al sanchismo después de Sánchez creando un escudo de fieles.
Las cosas deben pintar tan mal en Ferraz que hasta han tenido que repescar a ZP, una auténtica ruina política, superviviente gracias al empleo que le proporciona Maduro y que vive de la ensoñación de la “champions league”, de su política anti norteamericana y de creer que fue él quien acabó con ETA. Pero aquellas fantasías de ZP no andan muy lejos de las de su discípulo Sánchez alardeando éste de que España va como una moto, cuando nuestra economía, en muchos parámetros en la cola de Europa, se mantiene a flote gracias al crecimiento de la deuda externa y de los préstamos y donaciones de la UE.
En los alrededores del PSOE, Sumar y UP se han estado tirando de los pelos para lograr la unificación. Yolanda Díaz consiguió reunir a 15 partidos y librarse de algunos de los más feos del equipo -Irene Montero, Echenique, Ada Colau entre otros- . Como estrella invitada y número dos en su lista, la señora Díaz, colocó al actual Embajador en la ONU, quien fue mi colaborador en mis años en Washington y de quien -si falta hiciera- les hablaré en otra ocasión. Está por ver qué resultados alcanza Sumar y también los restantes componentes del equipo Frankenstein.
También desde la derecha Feijoo ha seguido preparando sus listas que por cierto apenas coinciden con las que en su día preparó Casado. Quizá lo más llamativo haya sido el retorno de Cayetana Álvarez de Toledo.
Pero lo más sonado en el PP ha sido la formación de gobierno en la Comunidad Valenciana donde se pensaba posponer la decisión hasta después de las Generales pero en que PP y Vox consiguieron alcanzar un pacto en plazo récord en un valioso ejercicio de flexibilidad.
Como era de prever, el pacto ha sido y seguirá siendo muy criticado por la izquierda. Cosas de la política a las que no hay que hacer gran caso. A fin de cuentas la derecha también ha criticado y seguirá criticando -con mucha más razón- los pactos que triunfaron en la Moción y que han venido gobernando desde 2018.
Vox es un partido incomparablemente superior y mucho más constitucional que Bildu y ERC, que en realidad estarían proscritos en muchos países europeos. Pero es que en realidad Vox es mucho más constitucional que Sumar y UP, únicos comunistas en cualquier país europeo donde también el comunismo está bajo mínimos. Es, por lo tanto, inaceptable que el sanchismo y los Frankenstein intenten poner líneas rojas sobre Abascal y los suyos. Mazón, de acuerdo con Feijoo, ha hecho muy bien acordando con Vox el gobierno valenciano sin ningún tipo de complejos. Esto abrirá muchos otros acuerdos en 135 municipios, algunos de ellos muy importantes, en que la alianza entre ambos partidos será necesaria.
Ese gesto valiente y decidido deberá atraer muchos votos hacia la derecha que puede conseguir una victoria rotunda en julio, en que ni siquiera se va a excluir una mayoría absoluta del PP. Más probable parece hoy esto, que una victoria de Frankenstein.
Pero eso es como vender la piel del oso cuando aún corretea por el bosque.
Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho.
Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993.
Primer Embajador de España en Macedonia en 1995.
Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.