LA BIBLIOTECA REAL de ALFONSO EL MAGNÁNIMO

El estudio de la Biblioteca Real del Magnánimo ha sido abordado entre otros por Mazzatinti (1897), González Hunterbise (1907), Ramon d’Alos (1924) entre otros. Más recientemente a este objetivo se dedicaron los trabajos de José Alcina Franch Historia de la Biblioteca de Alfonso V en Nápoles. Estudio de los fondos conservadosen la Biblioteca Universitaria de Valencia (1948) y la obra de Tammara de Marinis La biblioteca napoletana del rei d’Aragona (1952). Aparte de numerosos artículos que tratan cuestiones específicas sobre temas referentes a la historia y contenidos de dicha biblioteca1.

El tema ha concitado la preocupación de estudiosos que han dedicado a su análisis su esfuerzo personal y que han demostrado el desvelo del Rey por el libro y la cultura, hasta convertir esta inquietud en uno de los ejes esenciales de su política desde que se instaló en la corte de Nápoles. 

Bellos códices humanistas de la corte de Alfonso el Magnánimo fueron realizados en finos pergaminos de máxima calidad, uniformidad y blancura, confeccionados en vitela, que procedían de talleres valencianos que dominaban la preparación de las pieles de ternera.

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Un inventario de 1417 comenzado en Valencia y continuado por otra serie de documentos del Archivo de la Corona de Aragón nos pone de manifiesto, ya desde su juventud, el interés que tenía el Monarca por la cultura por la existencia de encargos que realizó directamente para la compra de libros y reproducción de manuscritos a personajes de la corte.

Los escritores latinos Tito Livio y Séneca van a ser referentes del tránsito de la cultura medieval a la renacentista que va a tipificar el rey Alfonso.

Tammara de Marinis abordó el análisis de la biblioteca real durante el reinado del Magnánimo y sus sucesores. Es de destacar la cantidad de manuscritos que el Rey ordena confeccionar a sus bibliotecarios y a sus copistas.

Las obras de la Biblioteca Real de Alfonso el Magnánimo reflejan las preocupaciones culturales y personales del rey en Nápoles. 

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Prácticamente, la biblioteca de Alfonso el Magnánimo en Nápoles se formó en un espacio de tiempo de medio siglo. Llegó a contar según inventarios y catálogos con unos 2.500 volúmenes. La dispersión de dicha biblioteca se produjo a finales del XV y principios del XVI, pasando una gran parte de su obra - con el rey Carlos VIII en 1494 y el Cardenal d’Amboise - a Francia y otros volúmenes al Reino de Valencia con Fernando de Aragón, Duque de Calabria (1499-1550), hijo de don Fadrique, último soberano de Nápoles. De los aproximadamente 1.000 volúmenes que se trajo Fernando de Aragón a tierras de España quedan localizados unos 230 ejemplares.

Consecuentemente, los fondos principalmente se conservan en la Biblioteca Nacional de París y en la Biblioteca Universitaria de Valencia. Existen, además, libros desperdigados en bibliotecas de Londres, Viena, Estocolmo, El Escorial, etc., sin contar aquellos conservados en bibliotecas particulares.

Los fondos de la Biblioteca Universitaria de Valencia (BUV) son esencialmente códices correspondientes a los siglos comprendidos entre el XII y el XVI. Son ejemplares de estilo románico, gótico y renacentista.

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Mazzatinti en su obra La Biblioteca dei re d’Aragona in Napoli elaboró un catálogo de todos los códices identificados y localizados en todas las bibliotecas europeas y estudió la formación de la biblioteca a través de los documentos de los archivos de Nápoles.

Sin embargo, quedaba por realizar el estudio de los fondos contenidos en la BUV y esta tarea la abordó José Alcina Franch. Dicho autor realizó el inventario de los libros del Duque de Calabria y el contenido literario de la Biblioteca a través del análisis de: a) la biblioteca napolitana en conjunto, b) los reyes de la casa napolitana: Alfonso V el Magnánimo y Ferrante I, c) obras medievales, d) el Humanismo y e) las diversas lenguas en que están redactados los fondos de dicha Biblioteca. 

Una parte importante de los tratados conservados en la BUV son obras humanistas de autores clásicos y pertenecen a autores tan conocidos como: Séneca, Virgilio, Tito Livio, Tucídides, Quintiliano, Horacio, Aristóteles, Platón, Homero, etc. 

La riqueza de los fondos de la Biblioteca refleja el espíritu del rey Alfonso el Magnánimo, gran bibliófilo, mecenas y amante de las letras y las artes. 

 

[1] Cfr. ALCINA FRANCH, J., Historia de la biblioteca de Alfonso V en Nápoles. Estudio de los fondos conservados en la Biblioteca Universitaria de Valencia. (BUV). Tesis doctoral. Inédita. Valencia, 1948.  Sig. B-1-13-14. ROVIRA, J. C., Humanistas y poetas en la corte napolitana de Alfonso el Magnánimo. Alicante, 1990. El decidido amor que profesó a los libros debió nacer en los años de su juventud, pues ya en 1426 - con fecha de 18 de enero - tenemos una orden suya que prohibía la extracción de libros del territorio de su reino (Lletres y Privilegis, tomo 4º sig. 1146, folios 376 vº 377 rº y 377 vº Archivo reino de Valencia (ARV) Cfr. LEOPOLDO PILES ROS. “Una nota sobre el amor de Alfonso V hacia los libros” Rev. de la Biblioteca Nacional. Madrid, 1946.  Tomo VII, fascículos 1º-4º, pp. 384 y ss. Cfr., asimismo, Manuel BALLESTEROS, Alfonso V amante de los libros. Valencia, 1945.

  • José Vicente Gómez Bayarri es Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia, 
    Catedrático de Geografía e Historia, Académico de número de la RACV y Medalla de 
    Plata de la Ciudad de Valencia.