Europa iba a ser nuestro mercado; un gran mercado en donde agricultores, ganaderos y pescadores españoles podíamos vender dignamente nuestros productos. Con gran esfuerzo, España entró en la Comunidad Económica Europea; nuestro complejo pirenaico terminaba, todos nos sentíamos europeos.
Europa planificó todo el sector primario, concediendo ayudas para transformarlo. Nos exigió unas condiciones medioambientales y de salud prohibiendo ciertos productos fitosanitarios; era lógico que nuestro mercado nos exigiera racionalidad y calidad. Con las ayudas PAC la UE incentivaba a un sector básico en toda sociedad para que continuara siendo rentable.
Pero los tiempos felices se fueron complicando; sin que entendiéramos muy bien lo que sucedía, año tras año, los precios iban bajando, especialmente los cítricos en donde España es el líder mundial en exportaciones. Me voy a centrar en los cítricos porque soy citricultor y porque en estos momentos es el producto más castigado, pero es solo la muestra de lo que le va a ocurrir a todo el sector primario.
Sin previo aviso, sin que ningún partido lo llevase en programa electoral, sin grandes debates en los parlamentos, sin publicidad, con total oscurantismo, la UE estaba firmando Acuerdos Globales de Libre Comercio con países extracomunitarios (Egipto, Marruecos, Turquía, Sudáfrica, Uruguay, Argentina …), que iban saturando de cítricos y de otros productos agrícolas todos los países de la Unión.
Año tras año las campañas iban empeorando; algunos agricultores abandonaban sus campos pero los precios seguían cayendo. A la vez que España disminuía su exportación, Egipto, Marruecos, Turquía y los países sudafricanos, todos ellos con acuerdos de libre comercio con la UE, la iban aumentando. Fruto de esta sobreoferta sin freno es la actual campaña; la más desastrosa de la historia citrícola española. Las pérdidas han sido extraordinariamente elevadas, los precios en campo han sido ridículos y bajando según avanzaba la campaña; operaciones de 12, 9, 5 y hasta de 3 cts. por kilo, cuando el coste de producción se estima en 20 cts. por kilo; una enorme cantidad de fruto sano se ha quedado en los árboles sin recoger y algunos exportadores pequeños han entrado en suspensión de pagos, lo que significa que los agricultores no percibirán nada a cambio de su extraordinario fruto. ¿Cuántas campañas parecidas puede soportar un agricultor sin sacar rendimiento de su trabajo e incluso perdiendo el dinero invertido en la producción?
Los cítricos son solo la punta del Iceberg. Estos países, de igual clima que el nuestro, producen los mismos productos que nosotros (almendras, aceitunas, aguacates, tomates, judías …), los sueldos son mucho más bajos, la normativa de producción es laxa y sus monedas son más débiles y devaluadas, lo que les permite bajar aún más los precios.
Pero no es ético ni moral que la UE beneficie con ventajosos acuerdos de libre comercio a terceros países no socios mientras que perjudica la economía de países que sí lo son. Es injusto que el apoyo a estos países en vías de desarrollo llegue a costa del sacrificio y la ruina de millones de familias europeas que viven del campo.
¿Pero qué han hecho nuestros políticos para evitarlo?: “demostrando su europeísmo”, estos inútiles traidores, siguiendo las directrices de sus correspondientes grupos parlamentarios, votaron a favor o se abstuvieron (quien calla otorga) en la aprobación de estos acuerdos. Para más INRI, el gobierno del PSOE, más preocupado por sacar a Franco del Valle de los Caídos que por el sufrimiento de sus ciudadanos, no ha sido capaz de solicitar a tiempo las cláusulas de salvaguarda previstas en estos tratados de libre comercio, que hubieran disminuido el desastre al detener la entrada de más cítricos en Europa. Parte de culpabilidad tienen también Compromís y Podemos que, siendo los sustentadores del gobierno nacional y los socios en el autonómico valenciano, no han realizado la presión adecuada sobre el Gobierno para que la solicitara.
Pero por fin ha llegado nuestro turno. Estamos en año electoral. Esta primavera puede ser nuestra primavera si sabemos elegir a quien claramente nos defiende; si sabemos discernir entre quien busca nuestro voto con falsas propuestas de quien de verdad trae soluciones y puede ser valiente para aplicarlas. Todo un sector está en peligro de desaparecer y nadie hasta el momento ofrece la verdadera solución.
Nuestro poder es el voto; solo hablando de cítricos, más de 400.000 familias en España viven directa o indirectamente de su producción y distribución. Somos varios millones los que en España dependemos del sector primario. Y cuando lo que está en peligro es nuestro modo de vida, nuestra economía y el futuro de nuestros hijos, sobran las izquierdas, las derechas, el centro, el progresismo y el ‘regresismo`. Tenemos la obligación de analizar qué partido lleva las mejores propuestas para salvar al sector y votarlo para que lo haga.
El problema no es el cambio climático, ni las lluvias de otoño, ni la calidad de la fruta, ni su promoción, ni la falta de consumo. El problema es muy simple y la solución también; si Europa se ha saturado de cítricos por la importación incontrolada de países con Acuerdos de Libre Comercio con la UE, la solución es eliminar dichos acuerdos o, al menos, sacar de ellos la parte agrícola. Toda importación que se realice una vez eliminados los acuerdos, debe de realizarse del mismo modo que se realizaba con anterioridad a la firma de estos nefastos tratados; deberán pagar aranceles y tener limitaciones en volumen y fechas. No más toneladas de las necesarias y siempre fuera de las fechas de la campaña citrícola europea. El mercado de la UE es el mercado de sus 27 socios y no tenemos por qué competir en libre comercio con países ajenos a la UE. Solo se debe permitir la entrada de aquello de lo que carecemos, no de lo que ya tenemos.
Al final del artículo pueden observar las tablas (según datos del INI) de exportaciones a la UE de Turquía, Egipto, Marruecos y Sudáfrica, en donde se puede comprobar el incremento progresivo de la exportación de cítricos de todos estos países, mientras que las exportaciones españolas descienden. Y lo que es peor, las previsiones apuntan a que seguirán creciendo, ya que todos ellos están aumentando la superficie de cultivo, mientras que España la está reduciendo.
No permitamos que nos engañen más. Solo podemos votar a quienes propongan, en programa electoral, la exclusión de la parte agrícola de los acuerdos de Libre Comercio o directamente su completa derogación. Los partidos políticos buscan el voto y para ello nos van a marear con muchas soluciones pantalla que solo ocultan y disimulan la verdadera solución; identifiquémoslas para que no nos confundan:
- No nos vale que hablen de la revisión de los tratados de Libre Comercio, si no indican claramente el “para qué”. El “para qué” solo puede ser para eliminar la parte agrícola de los tratados.
- Tampoco nos vale el que se solicite la aplicación de las cláusulas de salvaguarda, si no es como solución previa a la eliminación del Tratado, ya que las salvaguardas son temporales y transcurrido el tiempo de aplicación, el problema sigue estando ahí
- ¡Cuidado!: algún partido se centrará solo en el acuerdo con los países sudafricanos. Como hemos visto, el problema no es solo Sudáfrica, la medida debe de incluir a todos los tratados con la UE que perjudiquen a la agricultura de alguno de sus socios.
- Nos hablaran también de la exigencia de controles e inspecciones fitosanitarias de la UE en todos los puntos de entrada de cítricos, que eviten la entrada de producciones infestadas con sustancias prohibidas o contaminadas de plagas agrícolas. Por supuesto que hay que hacerlo con cualquier importación que se produzca; lo extraño e intolerable es que no se realizara. En cualquier caso, NO es la solución, ya que los cítricos entrarán sin plagas y sin contaminaciones fitosanitarias, pero seguirán entrando y seguirá el problema. Si no entran no hay sustancias perjudiciales para la salud ni infestación de nuevas plagas. No obstante, esta medida debe de ser obligatoria para aquellas importaciones que se permitan tras la eliminación de los Acuerdos de Libre Comercio.
- También nos van a ofrecer ayudas directas para los citricultores que se han visto afectados negativamente por esta campaña. No está mal que lo hagan, pero NO es la solución. ¿Si no voy a poder vender dignamente mis productos, de qué me sirven la PAC y las limosnas compensatorias?
- Cuando mencionen como propuesta una mejor organización del sector: nos estarán ofreciendo humo denso y negro. Lo organices como lo organices, la sobreoferta de producto sigue ahí y en aumento.
- Búsqueda de nuevos mercados: que los busquen ellos; la UE es nuestro mercado, nos costó mucho esfuerzo entrar y además España paga 11.000 millones de € anuales para mantenerla, amén del pago de multas por incumplimientos, que los no socios NO pagan. El pertenecer a la UE también te cierra mercados que para ellos (no socios de la UE) siguen abiertos, como Rusia, primer país importador de cítricos, que ha vetado la entrada a todo producto agrario de cualquier país de la UE.
- Promoción de la naranja española o valenciana, del mismo modo que se hace con el plátano canario: A pesar de toda la promoción que se realiza al plátano, ha sido necesario protegerlo estableciendo limitación en volumen a las bananas que llegan de países extracomunitarios como Ecuador o Perú.
- Que nos reinventemos (venta por internet, agricultura ecológica, venta directa a tiendas): esta es una solución muy limitada, que ya está también saturada.
- Que mejoremos la calidad: hace mucho que tenemos la mejor calidad, tanto en tamaño, como cultivando variedades con mucho zumo y dulces; clemenules y navelinas son las mejores del mercado, en cambio, el precio está por los suelos.
- Que plantemos variedades con royalty y limitación de plantas: la saturación del mercado no es un tema varietal; más pronto que tarde la crisis alcanzará a todas las variedades.
- Crear una DOP (Denominación de Origen Protegido): proceso largo, de varios años de duración (de 4 a 8), difícil de conseguir y de dudosa eficacia ante la sobreoferta de cítricos. En cualquier caso, ¿Cuántos años puede soportar un agricultor vendiendo por debajo de costos?.
- Creación de un lobby de presión: más humo y más vividores del cuento. En cualquier caso, me suena a mafia y a poco democrático (la mejor forma de convencer, es sobornar).
- Creación de una “Interprofesional citrícola” que estudie los problemas del sector y proponga soluciones: más humo y más burócratas. La única solución es la eliminación de los tratados de libre comercio y para eso no hace falta ninguna interprofesional.
- Que nos hagamos más competitivos: humo, humo y más humo.
- …todo humo
No digo yo que algunas de estas medidas pudieran ser buenas para mejorar el sector y competir con los 27 países socios de la UE; pero NO con los de fuera, ya que el volumen de países extracomunitarios seguirá creciendo y los precios seguirán bajando.
La consecuencia directa de estás malas políticas globalizadoras, son el abandono de los campos y el desolador cambio paisajístico. ¡Despertad mundo rural!, despertad y defended lo vuestro, exigiendo justicia a los partidos políticos; no es justo que arruinen nuestra economía, pedid justicia y defensa de lo vuestro.
¡Basta ya de soluciones pantalla disimuladoras de la realidad!. La solución al problema es que no entre esa fruta de fuera, no que entre sin plagas y mismas condiciones fitosanitarias. Necesitamos a algún partido que defienda lo nuestro en Europa. Las elecciones europeas siempre las habíamos visto como algo secundario, en cambio es allí donde de verdad se juega nuestro futuro y si Europa nos perjudica, ¿para qué queremos estar en Europa?
En Europa hay que estar, pero para defender los intereses de los españoles. Es intolerable comprobar como en la UE hay proteccionismo para ciertos productos, como los vehículos, maquinaria, tecnológicas, la carne…, que producen otros países que sí defienden lo suyo, mientras que no lo hay para los productos que producimos en España. El sacrificio de nuestros productos no puede ser la moneda de cambio para que, con esos acuerdos globales de libre comercio, Francia y Alemania si puedan vender lo suyo.
La globalización debe de tener límites en la justa competencia y en la defensa de los intereses de los ciudadanos que pagan sus impuestos; si no, para qué pagar impuestos a un Estado que defiende los intereses de los extranjeros y, en cambio, arruina a sus propios ciudadanos.
Muchos pensareis que jurídicamente ya no se pueden eliminar los Acuerdos de Libre Comercio y por eso ningún partido habla de ello. Pero es todo más sencillo: no hay que jugar a jurídicos internacionales; los acuerdos internacionales son decisiones políticas y como tales, tras su debate en la Euro cámara y su posterior votación, pueden ser eliminados.
La posibilidad de eliminarlos es real, ya que muchos partidos en Europa desean una Unión Europea más justa y exigen volver al concepto de una Europa anterior a la globalización desmesurada y, en consecuencia, querrán bloquear los acuerdos internacionales. Cualquier partido que quiera nuestro voto debe de ser favorable a eliminar estos nefastos y destructivos Acuerdos. Desde aquí invito a todos los partidos a incluirlo y defenderlo en su programa electoral y recomiendo a todo el mundo rural y a todos los que lo apoyen, a castigar a aquellos partidos que no lo contemplen. La oportunidad es ahora; dentro de cuatro años ya será tarde; la mayoría de agricultores habremos abandonado nuestras tierras.
Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)