EL PUCHERAZO

Entre 2011 y 2020 tuve el honor de presidir misiones de control electoral de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en diversos países. Es bien sabido que la OSCE es la institución más solvente en materias electorales y que sus informes, concienzudamente elaborados dictaminan con total fiabilidad la limpieza o la manipulación de un proceso electoral.

Para cumplir tal función, las misiones de observación deben contar con suficiente personal, con considerable tiempo y con el apoyo de las autoridades de los países en que tienen lugar las elecciones.

Según las dimensiones de éste la misión de observación debe contar con entre 15 o 100 personas que deberán permanecer en el país durante algunas semanas antes y después de la jornada electoral. En ese tiempo los delegados podrán entrevistar a los lideres de los principales partidos, conocer los planes del gobierno y, sobre todo, mantener contacto permanente con la Junta Electoral Central, participando activamente el día de las elecciones asistiendo a tantas mesas electorales como resulte posible. En las semanas siguientes, las Misiones redactarán el informe detallado del proceso que es remitido tanto a la central de la OSCE como al país en que se celebraron las elecciones para conocer su reacción al respecto y eventualmente corregir deficiencias.

Es evidente que las recientes elecciones venezolanas no han contado con delegaciones internacionales fiables. Los observadores aceptados por Maduro eran solo los simpatizantes con su régimen y aun así solo dispusieron de unas pocas horas para intentar hacerse una vaga idea del ambiente en que se iban a desarrollar las elecciones.

Por supuesto, las delegaciones indeseables -en el caso de España los acompañantes del PP y de Vox- fueron deportadas en el momento mismo de su llegada a Caracas sin que pudieran contactar ni con nuestra Embajada ni con el Sr Zapatero que se ha convertido en el español más significado en Venezuela. Por supuesto ni el Embajador ni ZP hicieron el menor esfuerzo por ayudar a sus compatriotas.

Y ello a pesar de que la susodicha delegación no iba en calidad de observadora sino de acompañante de sus correligionarios. Como observadores solo se aceptaron a misiones chinas, rusas, cubanas, bolivianas, brasileñas, hondureñas y otras similares.
El pucherazo estaba servido. Aunque las encuestas previas dieran un triunfo rotundo de 70 a 30,  a los candidatos de la oposición -Edmundo Gonzalez y Corina Machado- Maduro se ha autoproclamado vencedor por un discreto 51-44 que volviera más creíble la falsificación.

La mayor parte de los países americanos, desde los Estados Unidos a Argentina y Chile, han puesto en entredicho los resultados, no reconociendo la victoria chavista. Vergonzantemente el gobierno español, seguramente aconsejado por su enviado especial ZP, han reconocido la victoria de Maduro aunque solicitando una mayor transparencia en el recuento de los votos.

Algún día habrá que aclarar qué saca en limpio Zapatero de tantos viajes y tantos desvelos en favor del régimen bolivariano. Sospecho que bastante más que el nada despreciable sueldo de 100.000 euros anuales como miembro del Consejo de Estado aparte de las facilidades como ex Presidente (un asistente, un secretario, coche, chofer, protección y seguridad de por vida). ¿Será por dinero?

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.