LAS ÓRDENES MILITARES en LA RECONQUISTA y REPOBLACIÓN del REINO DE VALENCIA

I. GENERALIDADES 

La expansión de la Corona de Aragón por tierras del litoral mediterráneo peninsular fue una propensión lógica de los territorios que componían la Corona, dada su singular estructura geográfica y los intereses personales creados en esta fase de avance de la conquista cristiana (1).

La conquista valenciana se consumó en un período de tiempo relativamente corto. A ello coadyuvaron varios factores: a) la debilidad interna y las luchas intestinas de los musulmanes valencianos, b) la superioridad militar y la colaboración de la nobleza, caballeros y Órdenes religioso-militares, c) el proceso de pactos propugnado por el rey Jaime I el Conquistador y las rendiciones o sumisiones voluntarias, en muchos casos, d) la política integradora del Monarca y las condescendientes estipulaciones concertadas para atraer a los valenciano-musulmanes. Estas condiciones determinaron que no se produjeran fuertes enfrentamientos bélicos ni fueran necesarios grandes contingentes poblacionales (2). 

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 La conquista del territorio valenciano conllevó un proceso de cristianización, pero no un vacío demográfico, ni un cambio “ipso facto” de la población.  El monarca Jaime I, al no contar con suficientes repobladores estableció bases jurídicas para que los valenciano-musulmanes pudieran permanecer en las tierras conquistadas bajo la órbita cristiana y evitar así que se produjera una despoblación, que en nada favorecería las perspectivas socioeconómicas del recién creado Reino cristiano de Valencia. Esta actitud condescendiente del rey Conquistador con los vencidos fue aprovechada por los mudéjares para provocar algunas sublevaciones a lo largo del siglo XIII y por algunos nobles e instituciones para excederse y abusar de su condición y derechos (3).

 

II. PARTICIPACIÓN Y FUNCIÓN DE LAS ÓRDENES MILITARES EN EL REINO DE VALENCIA EN EL REINADO DE JAIME I

Cinco instituciones religioso-militares intervinieron en el proceso de reconquista y repoblación de las tierras valencianas y colaboraron en satisfacer las necesidades de la población cristiana durante el reinado de Jaime I. Las que desempeñaron una función más activa y tuvieron mayor protagonismo fueron los caballeros del Hospital y los del Temple (4) y en un nivel inferior las Órdenes de Santiago, de Calatrava (5) y San Jorge de Alfama.

Las Órdenes militares ejercieron una cuádruple función: a) defender la frontera valenciana y colaborar con Jaime I a ensanchar los territorios de la Corona de Aragón; b) asentarse en tierras y poblaciones conquistadas, recibir posesiones señoriales y repoblar con la donación de cartas pueblas los dominios otorgados; c) proceder a la cristianización de la población existente en el recién creado Reino de Valencia, y d) actuar como terratenientes y administradores. 

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La labor de ocupación de tierras, colonización, obligaciones feudales adquiriría una esencial importancia a lo largo del reinado de Jaime I. Las donaciones y privilegios que se les otorgaron fueron en recompensa por su colaboración en la cruzada predicada para la conquista de la ciudad y reino de Valencia y para que pudieran mantener a sus ejércitos. Su influjo fue doble: militar y religioso.

Las encomiendas instituidas y los castillos y localidades recibidas en territorio valenciano se multiplicaron en estos momentos de la reconquista. Algunos enclaves y castillos eran verdaderos puestos defensivos para resistir una posible invasión musulmana hasta que llegaran refuerzos, y constituían un verdadero sistema defensivo. Las donaciones de territorio podían representar una fuente de riqueza. Llegaron a acaparar tantas tierras y castillos que en algunos casos sus corazones obedecían más a sus ambiciones de riqueza que a la función evangelizadora. 

Las rebeliones de enclaves al final del reinado del Conquistador obligaron a sus caballeros a enfrentarse a éstas. Pedro de Moncada, maestre del Temple, fue capturado con toda su tropa por la caballería sarracena en el curso de un revés cristiano, según recoge la Crónica de Bernat Desclot

Las Órdenes militares conformaron un verdadero ejército permanente. Poseían organización, experiencia, habilidades y una casi total autonomía frente a la Corona y a la Iglesia. Su trabajo era hacer uso de “la espada defensiva” y la “defensa de la fe”, como señala el Libre del feyts 

Las Órdenes militares de Santiago de Compostela y de Calatrava son consideradas Órdenes castellanas, pero, tanto una como la otra, poseían robustas ramas en Aragón.

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1. La Orden de Santiago

Parece ser que los caballeros de la Orden de Santiago ya intervinieron junto con la hueste de Pedro II el Católico contra incursiones fronterizas de los sarracenos en tierras de la Corona de Aragón. En tierras valencianas desempeñaron un papel secundario.

En el reinado de Jaime I, su pendón ondeó en el campo de batalla de Burriana, por el norte, hasta Orihuela, por el sur. El comendador de Montalbán, Rodrigo Bueso, con caballos y vecinos de la villa intervinieron en el asedio a Burriana. Asimismo, participaron en el cerco de la villa de Biar junto a las fuerzas reales, y el Maestre de Uclés encabezó un franco de un enfrentamiento militar con los sarracenos cerca de Orihuela.

El monarca Jaime I repartió en 1236 a la Orden de Santiago el castillo y el área de Museros, localidad próxima a Moncada, lo que indujo a los caballeros de Santiago a conquistarla. El 20 de agosto de 1241, fray García Garcés, Comendador de Montalbán, de la Orden de Santiago, concede carta de repoblación a la alquería de Museros, situada en la Huerta de Valencia, para que sea poblada a privilegios y fueros de Valencia. En 1245 el papa Inocencio IV ratificó formalmente este señorío (6). En la ciudad de Valencia el rey les otorgó en 1239, al año de su conquista, ciertas posesiones en el lado del río, al oeste de las posesiones de los Templarios, donde alzarían un templo y la residencia de Santiago de Uclés. 

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Los caballeros de la Orden de Santiago consiguieron también, probablemente mediante acción de conquista, los castillos y poblaciones de Anna, Orcheta, Torres Torres, Serra y Enguera. Hacía 1260 habían comprado el castillo de Almudaina a Guillem de Cardona; poseían Culla y otros castillos por permuta con Guillem de Anglesola en 1274, y eran dueños de ocho jovadas de tierra en las zonas rurales de Sueca y Cotes, además tenían derechos en la zona del castillo de Carmoixent “in quacumque parte volueritis infra términos castri de Carmuxen” (7). 

También la Orden llegó a poseer o tener intereses, de manera transitoria, en los castillos de Mogente, Castalla y Morella. Dentro del territorio valenciano poseyó edificios en la villa de Orihuela. Es difícil precisar cuando pasó a manos de la Orden de Santiago el lugar de Atzaneta de Albaida, probablemente fue en el siglo XIV.

Como el resto de las Órdenes militares reclamó la exención de la jurisdicción episcopal e incluso, hasta del diezmo. Durante los primeros años de la ocupación cristiana de Valencia los caballeros de Santiago se enfrentaron por diversas cuestiones e intereses al obispo de Valencia y a su cabildo, con cierto éxito. 

 

 

BIBLIOGRAFÍA Y NOTAS

 (1) Cfr. GARCÍA GARCÍA, H., “El derecho de los conquistadores y el valenciano en nuestra provincia”. BSCC., t. IX, 1928, pp. 240-245. GUAL CAMARENA, M., “Reconquista de la zona castellonense”. BSCC., t. XXV, 1949, pp. 417-441. Precedentes de la Reconquista valenciana. Institución Alfonso el Magnánimo. Valencia. 1952.

(2) Cfr.  UBIETO ARTETA, A., La creación del Reino de Valencia. Anales de la Universidad de Valencia. Lección inaugural del curso 1974-1975. Valencia, 1974. Orígenes del Reino de Valencia. 2 vols. I.  Valencia, 1976; II Zaragoza, 1979. Algunos capítulos publicados en Temas valencianos. Colección dirigida por  Mª D. Cabanes Pecourt. CABANES PECOURT, Mª. D., El “Repartiment” de la ciudad de Valencia. Temas valencianos (T.V.) núm. 2. Valencia, 1977.  Organización autonómica del Reino de Valencia.  T.V. núm. 24. Zaragoza, 1978. Repoblación jaquesa en Valencia.  T.V.  núm. 48. Zaragoza, 1980. Geografía y repoblación. Alicante, 1984. “Aspectos demográficos de la Reconquista: Población pre-existente y repoblación en la ciudad de Valencia”.  En torno al 750 Aniversario. I. Valencia, 1989. “Occitans en Valencia”.  Revista  de   Filología Valenciana, núm. 1. Valencia, 1994. FERRER NAVARRO, R., “La repoblación del Reino de Valencia vista a través del Libre del Repartiment”. Discurso de ingreso en ACV., Anales ACV. núm. 64. Valencia, 1986, pp. 63-88. Del mismo autor, “El proceso de la reconquista”. Serie Histórica, ACV. núm. 1. Gandía, 1986. Conquista y repoblación del Reino de Valencia. Valencia, 1999. FERRER NAVARRO y GUINOT RODRÍGUEZ, E., “La repoblación valenciana medieval”. Historia del Pueblo Valenciano. Tomo I. Valencia, 1988, pp. 241-260. BURNS, R. I., El Reino de Valencia en el siglo XIII.  Iglesia y Sociedad.  2 vols.Valencia, 1982. GUINOT RODRÍGUEZ, E., Els fundadors del Regne de Valencia. Valencia, 1999.

(3) GOMEZ BAYARRI, J. V., La Valencia Medieval. Tomo III de la Historia del Reino de Valencia. Real Academia de Cultura Valenciana. Valencia, 2003, y 2ª edición 2009. p. 176.

(4) Para el Reino de Aragón, cfr. LEDESMA RUBIO, Mª L., Templarios y Hospitalarios en el Reino de Aragón. Zaragoza, 1982. Para Cataluña, cfr. MIRET Y SANS, J., Les cases de Templers i Hospitalers en Catalunya. Barcelona, 1910. Para el Reino de Valencia, cfr. CABANES PECOURT, M.ª D., “La población de los dominios de la Orden de Montesa (1320)”. Separata de la Revista de las Órdenes Militares, núm. 4, Madrid, 2007. La autora expone un análisis comparativo de la población existente en los dominios de la Orden de Montesa y las donaciones recibidas de las Órdenes del Temple y del Hospital a comienzos del siglo XIV y la población establecida, anteriormente, por las diferentes cartas pueblas otorgadas y las donaciones, según un inventario de 1320. BURNS, R. I., “Las órdenes militares como instituciones de frontera”. El Reino de Valencia en el siglo XIII.  Iglesia y Sociedad. Tomo II. Valencia, 1982. DÍAZ MANTECA. E., El “Libro de Poblaciones y Privilegios” de la Orden de Santa María de Montesa (1234-1429). Castellón. Diputación Provincial, 1987. Cfr. Asimismo, DE AYALA MARTÍNEZ, C., et alii. “Las Órdenes Militares en la Edad Media peninsular. Historiografía II. Corona de Aragón, Navarra y Portugal. Medievalismo, año 3, núm. 3, 1993, pp. 87-146.  Del mismo autor, “La Orden Militar de San Juan en la Península Ibérica durante la Edad Media”. Orígenes e implantación de la Orden de San Juan de Jerusalén en la Península Ibérica (siglo XII). Alcázar de San Juan, 2002, pp. 23-41.

(5) Cfr. TORRES JIMÉNEZ, R., “La influencia devocional de la Orden de Calatrava en la religiosidad de su señorío durante la Baja Edad Media”. Revista de las Órdenes Militares, núm. 3. Madrid, 2005, pp. 37-74. Crónica de la Orden de Calatrava. Edición facsímil. Diputación de Ciudad Real, 1980.

(6) AHN. Órdenes Militares, Santiago: Uclés. Caja 231, núm. 3. Se constata tanto el documento pontificio como la merced real anterior. Citado por BURNS, R. I., “Las órdenes militares como instituciones de frontera”. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Iglesia y Sociedad. Tomo II. Valencia, 1982, p. 400 y cita 15, p. 429. 

(7) BURNS, R. I., “Las órdenes militares como instituciones de frontera”. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Iglesia y Sociedad. Tomo II. Valencia, 1982, p. 400.

  • José Vicente Gómez Bayarri es Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia, 
    Catedrático de Geografía e Historia, Académico de número de la RACV y Medalla de 
    Plata de la Ciudad de Valencia.