Tradicionalmente era Italia el país europeo que tenía unos gobiernos más efímeros hasta el punto de que desde 1945 hasta hoy, Roma ha conocido 67 primeros ministros, casi una media de uno por año.
En los últimos tiempos, ahí tenemos a la señora Meloni, serenamente asentada en el gobierno desde hace tres años en tanto que en Francia han conocido tres cambios de gobierno en el último año y el Presidente Macrón se encuentra en su segundo mandato quinquenal con unos índices de aceptación popular del 13%.
Muchos países europeos nos encontramos en dificultades de todo tipo pero el caso de Francia es muy particular, con una deuda externa del 115% y un déficit de 6% del PIB. Desde que comenzó su segundo mandato en 2022, Macron ha tenido que cambiar hasta cinco veces de Primer Ministro. Los cuatro primeros, Borne, Attal, Barnier y Bayrou acaban de recibir al quinto de la serie, el ex Ministro de Defensa Sebastien Lecornu quien tampoco lleva trazas de durabilidad ya que el mayoritario partido socialista aspira al puesto y no pondrá las cosas fáciles al recién llegado buscando desplazarlo de su puesto.
El propio Macrón está en graves dificultades para completar los tres años que le quedan de mandato. La situación económica y política del país es penosa, las manifestaciones sociales se suceden con creciente violencia.
Cuanto acabo de enunciar es lamentable ya que Francia es uno de los países más importantes de Europa; junto con Alemania, fue el artífice de la construcción comunitaria y por mucho que nos pese a los restantes miembros, la Unión se apoya sobre el eje franco-alemán.
Después de la segunda guerra mundial fue Francia el país que con su estructura política, su cultura y su idioma sirvió individualmente de modelo para el resto de Europa. Su literatura, su teatro, su cine, su filosofía, la lengua francesa eran capitales en el conjunto del continente, sucediendo al alemán y viéndose a la vez relevado por el inglés y por cuanto venía del mundo anglosajón. Mi generación fue esencialmente francófona. Escritores como Sartre, de Beauvoir, Sagan, cineastas como Clair, Renoir, Clement, cantantes como Brassens, Ferrat y el belga francófono Brel, fueron fuentes de inspiración para nuestro cine, nuestros novelistas y en particular nuestros cantautores como Serrat, Sabina o Raimon.
En la coyuntura en que nos encontramos, con la guerra de Ucrania cada vez más enrevesada, con imprudentes incursiones en pleno territorio otánico de Polonia, el vigor de Francia -único país con armas nucleares de la Unión Europea- es indispensable.
Por el bien de Europa y de todos los europeos sería deseable una recuperación social, económica y política de Francia que consiga coordinarse con los restantes grandes países europeos, principalmente con Alemania, Italia, España y Polonia restableciendo un continente que se vea respetado tanto desde el flanco oriental como de nuestro vacilante aliado norteamericano.
Imagen: La Nación
Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho.
Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993.
Primer Embajador de España en Macedonia en 1995.
Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.