El Ayuntamiento de Nules ha decidido dedicar una calle a un vecino muy querido, el médico José-Jaime Canós. Nació en Nules y toda su vida ha vivido en Nules. No es frecuente que se dedique una calle a una persona en vida, salvo que se trate de políticos. Tampoco se trata de una persona jubilada, pues sigue trabajando en el Hospital La Plana. Y que se tome un acuerdo así por unanimidad de todos los partidos políticos refleja que el reconocimiento a este vecino tan popular excede cualquier consideración política. Buenas señales de que en la sociedad civil hay personas de gran valía, que los políticos distinguen como respuesta a peticiones ciudadanas.
El alcalde de Nules, David García, ha expresado bien el sentir de los vecinos. Ha destacado la trayectoria profesional de José-Jaime Canós, ayudando desinteresadamente a muchos vecinos de la localidad, y destacando el “factor humano y su implicación en la ayuda no sólo a los enfermos sino también a las personas desfavorecidas”. Y ha añadido: “es una persona comprometida que forma parte de diferentes instituciones educativas, sanitarias y sociales de ámbito nacional, provincial y, cómo no, local”, “una persona ilustre y muy querida por los vecinos de Nules”.
La inauguración oficial de la calle Doctor José Jaime Canós será el próximo 15 de junio, a las 19.30 horas. Es un reconocimiento a su espíritu de servicio, ayuda y solidaridad, sin afán de notoriedad, pero que al ser tan amplias y prolongadas en el tiempo son un clamor generalizado. Su vida bien merecería que se publicara un libro de artículos o testimonios de colegas, amigos y vecinos del Doctor Canós. Seguro que el propio acto del 15 de junio será algo difícil de olvidar.
¿Qué explica que este médico se vuelque con tanta gente, sin pausa, con incesantes llamadas telefónicas, visitas, reuniones o viajes, ya sea para sacar adelante una residencia de ancianos, ya sea para promover iniciativas educativas, ya sea para ayudar a un vecino necesitado material o espiritualmente? Hay que indagar en su estancia en el Colegio Mayor La Alameda, de Valencia, donde residió mientras estudiaba Medicina: ahí comienza un compromiso personal, humano y religioso con todos por unas coherentes y arraigadas convicciones católicas, o eso dice el propio Doctor Canós. El altruismo esporádico es más o menos fácil, pero cuando es constante y con todo tipo de personas, requiere unas raíces más hondas que los meros sentimientos. Más interesante que una placa es saber el motivo de su constante entrega.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.