En el PP valenciano hace tiempo que admiten en privado que su enemigo es Compromís, no los socialistas valencianos.
Dos años en política es mucho tiempo para adelantar nada, y menos en estos tiempos políticamente tan acelerados y hasta imprevisibles. Pero precisamente hace dos días se ha conocido un sondeo interno de la coalición valenciana Compromís que prácticamente empata con el PP, y supera en siete puntos al PSPV, los socialistas valencianos ahora encabezados por Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana.
Sí, un sondeo interno de Compromís, pero que avala la percepción de los líderes del PP, e incluso de algunos líderes socialistas, que ven en la división actual de los socialistas valencianos una fractura que puede pasarles factura en las elecciones autonómicas y municipales de 2019.
Compromís encargó ese sondeo a la consultora “GfK”, que ha llevado a cabo 1.255 entrevistas entre finales de marzo y principios de abril. La fecha no es baladí, pues es anterior a que se conocieran los Presupuestos Generales del Estado, que castigan a la Comunidad Valenciana, calificados como “injustos” por la propia líder del PP valenciano, Isabel Bonig, y por todos los líderes políticos de la comunidad autónoma, pues los PGE no tienen en cuenta la población ni la aportación de la Comunidad Valenciana al PIB de España.
El sondeo señala que tiene un margen de error del +-2,77%, aunque con la experiencia que tenemos de sondeos y encuestas frente a realidades electorales en las urnas casi hace sonreír irónicamente.
Según ese sondeo, PP y Compromís obtendrían entre un 25% y 27% cada uno: el PP obtendría los mismos votos que en 2015, y Compromís subiría 7 puntos porcentuales, a la vez que el PSPV bajaría en 4 puntos. Podemos mantendría el porcentaje de 2015, en torno al 11%, y Ciudadanos subiría 2 puntos porcentuales sobre las elecciones de 2015.
De confirmarse este sondeo, se renovaría el tripartito de izquierdas –50 escaños da la mayoría en las Cortes Valencianas-, aupando a Mónica Oltra –la líder indiscutible e indiscutida de Compromís, actual vicepresidenta del Consell– a la presidencia de la Generalitat: a Ximo Puig siempre le quedaría la opción de ir al Senado, apuntan con ironía diversos líderes.
En el PP hay preocupación por el estancamiento propio y el auge que perciben de Compromís, al margen de este sondeo. Pero su temor va más allá: que Rajoy dé por hecho el estancamiento de su partido en tierras valencianas, y no ofrezca más mensajes de que votar al PP en Valencia supone ventajas y consideración por parte del Gobierno central. Rajoy no cuenta con valencianos para su partido y su error en los presupuestos de 2017 difícilmente se entiende, aunque se da por descontado que en los PGE de 2018 intentará dar la imagen de que se vuelca con la Comunidad Valenciana.
El auge percibido de Compromís se debe al descontento valenciano ante los gobiernos de Zapatero y de Rajoy. Mónica Oltra lo dijo claro recientemente: a los catalanes les va bien “montar el pollo” para recibir dinero. Zapatero maltrató la Comunidad Valenciana y Rajoy no sabe o no quiere dar con las teclas.
Crece en la Comunidad Valenciana que hay que tener un partido nacionalista, ya que los dos grandes partidos han fallado. El victimismo ante Madrid está en auge, y la crisis del PSPV es un indudable factor de crecimiento para Compromís.
Por otra parte, Oltra ya está gobernando en la práctica, mientras Puig está feliz de ser presidente de la Generalitat. Y eso que, tras el Acuerdo del Botánico que dio lugar al actual tripartito, Pablo Iglesias ya apostó por Mónica Oltra para presidir la Generalitat, y en el entorno de Ximo Puig saben que “penden del hilo de Oltra”.
Mientras tanto, Oltra ha asumido que su opción es para 2019, con una estrategia clara, que cuenta con un PSPV –al que cuenta con arrancar bastantes votos– en caída libre y un PP sin autonomía política y al dictado de Madrid, salpicado ahora por la Operación Lezo, que tan desastrosa puede ser para el PP electoralmente, a nivel estatal y en las propias comunidades autónomas.
Un sondeo que no pasar de ser eso, un sondeo. Bonig es consciente de que ha de demostrar liderazgo y peso en Madrid para que el PP consiga más votos, y Puig espera que la pacificación del PSOE estatal –de la mano de Susana Díaz, a la que apoya– le otorgue más apoyo electoral. Mientras, Oltra se frota las manos.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.