El patinazo de la ministra de Sanidad sobre el copago farmacéutico

Se mire como se mire, la ministra de Sanidad ha sido imprudente en su declaraciones sobre el aumento del copago farmacéutico, hablando de planes, estudios y negando todo en una red social.

No me sirve de explicación que se pueda tratar de un “globo-sonda”, a ver cómo reacciona la sociedad española. Una persona que está al frente de un ministerio debe estudiar las cuestiones, con rigor, y no alarmar previamente, precisamente a un sector tan sensible como los pensionistas.

Tampoco sirve la excusa de que es “nueva” la ministra Dolors Montserrat. Tiene formación suficiente y se da por descontado que, cuando se le ofrece esa cartera ministerial por parte de Rajoy, es porque había garantías de prudencia.

Le ha puesto en bandeja al PSOE la oposición política, enarbolando la bandera de evitar el copago, no subirlo e, incluso, suprimirlo. El portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, ha acertado en sus críticas.

La apuesta de Aznar

El ex-presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, fue el invitado el pasado lunes de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE, “lobby” selecto empresarial valenciano que preside el naviero Vicente Boluda. Aznar levantó más expectación de lo esperado por los empresarios valencianos, que acudieron al almuerzo-coloquio en mayor número de lo que es habitual cuando el invitado es un político, y no digamos –como me comentaba uno de los asistentes– cuando el político ya es “pasado”, como es el caso de Aznar. Y no defraudó, ni mucho menos, a los empresarios presentes.

Había expectación, pues era la primera aparición en público tras la decisión de Aznar de abandonar la presidencia de honor del PP. Los rumores de que podría fundar un nuevo partido habían ido creciendo en los últimos días, y fue precisamente una de las preguntas que le formuló un empresario. El expresidente fue tajante: “taxativamente, no voy a fundar un partido, pues el PP lo fundé yo”.

Qué y quién en Ximo Puig

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tiene que hacer malabarismos continuamente, y desde luego su trayectoria política desde 1983 demuestra que sabe superar campos de minas, sobrevivir políticamente, en medio de situaciones complejas. Para algunos la supervivencia política es una habilidad y un mérito, probablemente para muchos políticos lo querrían para sí, pero para otros la supervivencia no es en sí misma una cualidad positiva, porque los principios ideológicos que llevan a la política pueden hacer aconsejable la retirada ética o, simplemente, asumir que hay ciclos políticos que aconsejan la renovación.

Ximo Puig fue jefe de gabinete con Joan Lerma, ha sido diputado provincial, alcalde de Morella, diputado en el Congreso de los Diputados, y ahora preside un gobierno tripartito en la Comunidad Valenciana, que él calificó recientemente como “plural pero coherente”, y lo hizo en el encuentro navideño con los periodistas de Castellón el pasado 29 de diciembre.

Un SEPE (INEM) que indigna y avergüenza

Día de ilusiones el de hoy, con ciudades y pueblos recibiendo a los Reyes Magos. Hay sueños y peticiones de niños, y también de mayores.

Cada uno tendrá su petición o sus peticiones, según su situación y la de su familia. Pero probablemente el anhelo mayoritario es que haya más empleo y de mejor calidad, para así dignificar la vida integral de los trabajadores y de sus familias, por las que sufre mucho más que por las privaciones o dificultades personales: se sufre más viendo sufrir a los que uno quiere que sufriendo uno mismo dificultades y penurias.

Desde luego, lo económico no es lo prioritario en la vida de la mayoría, pero el hecho de tener trabajo y de tenerlo con un mínimo de calidad permite trazar planes, proyectos vitales.

La carrera

¡Vaja, també era mala sort! L’havien tornat a emparellar en aquell negre traïdor que des de fea algun temps era son pijor enemic. Li agradaria saber a qui corresponia decidir l’orde de colocació dels corredors.

El cas era, que quan el llarguerut empleat de cabell roig li sivellà el dorsal, alguna cosa li dia en l’interior que aquella vesprada la carrera no resultaria gens fàcil.

En tant els colocaven els boços mirà furtivament al seu rival. Este pareixia indiferent a quant succeïa al voltant, pero ell sabia que no era cert. Una mirada dirigida a ses cuixes i coa fon prou per averiguar que l’atre estava en completa tensió. ¡Mal es presentava hui la carrera!

Ara arribava el veterinari que els examinaria com sempre u a u. ¡Per cert que l’examen no podia ser ni més rutinari ni més inútil! Un manosseig pel pit i les cuixes i un poc d’atenció a la revisió entre els dits. Per a tal examen, encara que es quedara en sa casa no anava a passar res…

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