Un grupo de profesionales del Centro de Salud “Rafalafena” –del cual dependo, y muy satisfecho, desde hace 25 años-, de Castellón, tuvo una iniciativa que glosé en esta columna semanal hace año y medio, con el título “Lectura y salud”. Se llama “Biblioterapia Atención Primaria”. La pusieron en marcha, tras exponerla en diversos foros, y ahora están evaluando entre los pacientes su aceptación. Buena iniciativa y ojalá sepamos valorarla.
La biblioterapia es sugerir libros que mejoren el bienestar físico y emocional a través de la lectura con el fin de mejorar el entendimiento del proceso de una enfermedad o adversidad. Es una herramienta adicional que han trabajado estos profesionales para personas que buscan consuelo, empatía o acompañamiento. Libros que ayuden a encontrar un sentido a la vida, acompañar en el dolor o afrontar la enfermedad.
En la selección de libros han colaborado profesores de literatura. Están agrupados por secciones: “Ansiedad”, “Duelo”, “Cuidar al cuidador”, “Afrontar proceso de envejecimiento”, “Afrontar procesos de mal pronóstico”, “Soledad”. Entre ellos, “La sombra del ciprés es alargada”, de Miguel Delibes; “El hombre en busca de sentido”, de Víctor Frankl; “El viejo y el mar”, de Ernest Hemingway. Calidad, variedad y cantidad.
Tener iniciativa profesional, en cualquier campo, suele ser señal de calidad, interés y afán de mejorar, sin limitarse a cumplir. Ya por ello merecen ser felicitados estos profesionales. Cuentan con experiencia de miles de pacientes. Piensan que la lectura puede ser una buena ayuda, valorando que tenemos cuerpo y alma, cabeza y corazón, afectos y sentimientos. Es cierto: no hay meras enfermedades, hay enfermos.
Se lee poco. Vemos titulares, vídeos, redes sociales, series. Se reciben y contestan múltiples whatsapps. Basta viajar en tren y observar. Leer es viajar, pensar, alimento de la mente y el corazón, apertura. Lo dijo la escritora Harper Lee: “El libro para leer no es el que piensa por ti, sino el que te hace pensar”. O el poeta Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Santa Teresa de Jesús lo resumió: “Lee y conducirás, no leas y serás conducido”.
En la salud intervienen un conjunto de factores, no es mera prescripción de fármacos o realizar pruebas médicas. La persona tiene una complejidad y una unidad que otorgan una riqueza que no se debe simplificar. La buena literatura forma, entretiene y ayuda a recomponer fracturas o armonizar procesos. Leer un buen libro es posible, ¡ánimo!
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.