Como decimos, el globalismo sólo es la “ideología” de un sistema financiero plutocrático. Básicamente consiste en que el dinero de los fondos de inversión, las multinacionales y los bancos son el centro de todo, el principio de eficiencia económica como criterio supremo y las personas como siervos de un nuevo medievo con unos nuevos señores globalistas sustituyendo a los antiguos Duques, Condes y Barones en las personas de los propietarios de los Fondos de Inversión. Con ello, el sistema que se nos impone veladamente vulnera clamorosamente la dignidad del ser humano pues al imponer el principio de eficiencia económica como centro de todo, desplaza al hombre de dicha posición, que ostentaba desde el renacimiento, de forma que destroza a la clase media, por convertirla en innecesaria, ataca directamente los derechos de los trabajadores mediante las invasiones migratorias, desconoce la más mínima caridad cristiana, arruina a los pequeños productores y a las pymes, destrozando en general, la economía real y a la sociedad en su conjunto.
En este proceso, la élite se distancia de la masa. La desconoce, la ignora y la desprecia. Este alejamiento conlleva la negación de los valores más elevados, más humanos que tenemos, de los principios cristianos, y nos lleva a una sociedad nueva, cruel, desalmada y brutal en la que los gobernantes maltratan a los ciudadanos. Como muestra, los siguientes ejemplos:
1.- SE ANIMA A LA POBLACIÓN A QUE CONSUMA ALIMENTOS CADUCADOS:
Todos recordamos, como, en plena crisis profunda, en el año 2013, el Ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Sr. Cañete, animaba a consumir alimentos caducados a la población, dado que entendía que existía una situación de necesidad. “Yo veo un yogurt caducado y me lo como”, decía. Al mismo tiempo intentaba desdramatizar la situación de angustia económica en España diciendo que ”el conocía el hambre de verdad” cuando visitaba Africa. Para que la gente se animara, en aquella intervención afirmó que los grandes fondos de inversión estaban interesados en España y que también los bancos iban a abrir nuevamente los créditos a los ciudadanos como único medio para salir de la situación, cosa que evidentemente nunca sucedió.
2.- SE INTENTA QUE LAS PERSONAS SE ALIMENTEN CON GUSANOS.
Recientemente, en una noticia de “Vandal Random”, se animaba a la población a comer gusanos, alabando las propiedades de los insectos, su valor en proteínas, y, como no, su naturaleza “sostenible”, ideal para “combatir el cambio climático”. En esta nueva moda, Bill Gates es uno de sus máximos responsables, dado que ha venido insistiendo en su implantación:
“El ser humano tiene la tecnología necesaria para luchar contra el cambio climático y podemos evitar un desastre”. Ha manifestado Gates, el cual vive en una mansión de más de 700 millones de dólares, pero que considera tecnológico comer hormigas, y que evitar el cambio climático, al parecer, pasa por alimentarnos con saltamontes y avispas.
Sin embargo, el hecho de impongan a las personas el comer insectos no tenga tanto que ver con el “cambio climático” si no con el proceso de degradación al que se está sometiendo a estas. ¿Qué imagen de sí misma puede tener una persona a la que se le obliga a comer cucarachas?, ¿quizá de que ella misma tan solo es otro insecto?, y en ese caso, ¿dejará de valorarse a sí misma, dejará de protestar, será sumisa con el nuevo orden?.
3.- EUGENESIA PARA LOS “NO VALIDOS”
La última vuelta en este maltrato a la gente, la protagoniza Canadá y su legislación, obra de Trudeau, creando leyes que permiten la eutanasia cuando los individuos no son capaces de cubrir personalmente a sus necesidades, fomentando la muerte de aquellos demasiado pobres como para “seguir viviendo con dignidad”.
La última de las mujeres a las que se ha asesinado en Canadá por ser pobre, Sophia, publicó un desgarrador video poco antes de morir en el que manifestaba que: “el gobierno me ve como basura prescindible, quejosa, inútil y un dolor de cabeza”. La pobre mujer, tal era la vergüenza que sentía ante la situación, que ocultaba su nombre real, a fin de que no la reconocieran y evitar el sufrimiento a su familia. Sophia tenía 51 años. Había sido diagnosticada de Sensibilidad Química. Esta dolencia le provocaba una incapacidad de trabajar con lo cual su situación económica se situaba por debajo del umbral de la pobreza. Finalmente, enferma y sin recursos, solicitó una eutanasia que el gobierno de Trudeau le concedió, con lo cual finalmente falleció (información facilitada por “La Razón”, en fecha 23/5/2022, artículo de Julio Carabaña). Es evidentemente increíble que esto ocurra en un país que presume de “avanzado”, una nación supuestamente civilizada como Canadá, pero que evidencia que sólo es el resultado de la brutalidad y el globalismo más extremo.
Suprimir finalmente a las personas puede que sea la finalidad última de conseguir una situación de pobreza generalizada y en esto Canadá está siendo una avanzadilla a nivel planetario.