FIESTAS POLÍTICAS

El pasado fin de semana los partidos se dieron grandes fiestas en Sevilla, Valladolid y Valencia. El PSOE celebraba el 41 Congreso Federal que vino enmarcado entre las numerosas imputaciones judiciales y la catástrofe valenciana. Los organizadores supieron sacar partido de todo. Begoña subió a los altares un poco a la manera de Evita en sus tiempos. Montero y Cerdán mantienen sus puestos de número dos y tres respectivamente de la Ejecutiva, anclados en ella porque una sustitución en este momento hubiera significado dar la razón a Aldama.

Otros de los grandes protagonistas muy ovacionados fueron los componentes de la banda de los EREs andaluces -Chaves, Griñán, Magdalena Álvarez, Zarrias etc- amnistiados gracias a Puigdemont y con la mediación de Pumpido.

Pese a los aplausos y vítores, los triunfalismos (cuarto nombramiento de Sánchez como Secretario General), chuladas ("nos quedan tres años de legislatura y volveremos a ganar en 2027"), las descalificaciones ("acabar con la oposición"), en Sevilla se mascaba un tufillo decadente, una sensación de estar rodeados, de que en cualquier momento los jueces podían desbaratar sus planes políticos y familiares, que los aliados separatistas podían dejarles al borde de la moción y que el PP podía barrerles aún más que en las últimas elecciones.

Y de hecho, al mismo tiempo que en Sevilla el sanchismo hacía un ejercicio de tipo norcoreano, en Valladolid el Partido Popular celebraba el 27 encuentro Inter municipal con la participación de más de 2.000 alcaldes y concejales procedentes de todos los rincones de España -entre los que se encontraba nuestra senadora y alcaldesa de Benicasim Doña Susana Marqués- aparte de bautizar el Congreso sanchista como "de los imputados", se permitieron el lujo de pedir a Sánchez que no dimitiera, que no se merecía acabar su carrera con un gesto de dignidad. El pueblo español se encargará de desplazarlo con su voto.

Al mismo tiempo, en Valencia, tenía lugar la segunda manifestación masiva -se calcula unos cien mil participantes- pidiendo de todo: la dimisión de Mazón, la de Sánchez, con insultos variados. En estos momentos, en Valencia, cualquier demostración de furia y descontento contra todo y contra todos, es comprensible.

Cerca de un millón de personas han perdido todo o mucho de cuanto tenían, incluidas las vidas de 222 personas y miles de heridos. Muchos de los supervivientes difícilmente conseguirán recuperarse nunca si su edad es avanzada y su condición física, precaria. La reconstrucción de los pueblos dañados es más lenta de lo esperado; las condiciones ambientales de la zona son insalubres. No es de extrañar que quienes acumulan más furia y ruina se apunten a cualquier protesta y -como siempre- la izquierda está explotando mejor la ruina de la DANA. La manifestación tenía un claro predominio anti Mazón y anti PP.

Mientras la Generalitat es objeto de constantes críticas, la delegada del gobierno central en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha sido promocionada e incluida en el selecto grupo de los miembros de la Ejecutiva Federal del Partido socialista. Una clara señal lanzada desde la Moncloa: el PSOE (Bernabé) lo está haciendo bien; el PP (Mazón) es una catástrofe y debe dimitir. El sanchismo no tiene ningún recato en utilizar a las masas heridas y enfurecidas para sacar tajada política de la catástrofe valenciana. A Sánchez la lluvia le ha venido de perlas.

Imágenes: Shutterstock, 41 congreso

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.