“La tiranía surge, de forma natural, a partir de la democracia". Platón

Mientras tanto, tenemos a los grandes ganadores de este sistema que deriva en una nueva plutocracia, es decir, en un gobierno de los ricos. No vamos a hacer una lista, tomaremos sólo una referencia en este sentido, por decirlo así, un ejemplo: Bill Gates no necesita presentación. Mientras hace sus recomendaciones ecológicas e intenta que la población mundial se reduzca, no ve obstáculo en vivir en una casa de nada menos que 6.200 m2, con 24 cuartos de baño, valorada en 700 millones de dólares, con siete garajes con una capacidad para 23 coches.

El gran ecologista Bill no vio problema tampoco en utilizar nada menos que 500.000 tableros de abeto Douglas, diríase un bosque entero, autóctono de USA, para construirse su humilde morada en la que trabajaron no menos de 300 obreros.

Evidentemente, la casa cuenta con una piscina de dimensiones olímpicas, con sistema de sonido incluso dentro del agua, con su propio edificio separado en el que hay sauna y baños y duchas…

Tiene también un cine privado con capacidad para más de veinte personas, con sillones supercómodos forrados en suave piel negra. Además, una biblioteca gigante y nada menos que seis cocinas, garantizan un nivel de confort máximo a los visitantes, que pueden comer en un salón con capacidad para 200 personas y contemplar el rio artificial que se encuentra en torno a la casa, en el que no faltan truchas y salmones, o tomar el sol tumbados en la playa de arena traída específicamente del caribe para este paraíso artificial.

La casa tiene además nombre, el de Xanadú 2.0, en honor de la que poseía Orson Welles en “Ciudadano Kane”.

Por si hay alguna duda de la grandiosidad de la mansión, aquí va una foto del acuario:

Resulta curioso que la casa se encuentra en la ciudad de Medina, al parecer una ciudad de millonarios en el estado de Washington, en el que tiene de vecino a un tal Bezos, hasta hace poco Presidente de Amazon. Un municipio en el que, curiosamente, su Alcaldesa, la Sra. Adkins, suele enviar cartas a sus vecinos megarricos dado que, como no podía ser de otra forma tratando con gente de tanto poder, siempre hay problemas para recaudar dinero suficiente para subvenir a las necesidades de los servicios públicos del municipio, pues ya se sabe que los megáricos son también megatacaños.

Tampoco ha visto problema Gates en predicar el fin de la agricultura en los países desarrollados y predicar el fin de la propiedad privada, lo que tampoco parece que haya sido ningún obstáculo para convertirse, al mismo tiempo, en el gran cacique norteamericano, pues es el mayor propietario de tierras en USA, tal y como informa “20 minutos”, en una noticia de 23 de enero del presente año 2021: “Bill Gates es actualmente el mayor propietario de tierras agrícolas en Estados Unidos”, con una superficie bajo su titularidad equiparable a medio país, ósea 18 estados, según refiere el diario The Land Report.

Otra cosa es su vida privada. Casado con Melinda desde hace ya demasiados años en las fechas en las que se escribe este libro se encuentra en pleno proceso de divorcio. Al parecer Melinda no aguanta más la situación, pues el bueno de Bill tiene costumbre de desaparecer algunas semanas enteras con “otra”, algo, a juicio de Melinda, imperdonable, pero que él considera justo. A más de esto, varias empleadas de Gates dicen también haber sufrido algún tipo de “acercamiento” por parte de Bill, que al parecer las “tanteaba” torpemente, como azorado. En concreto, una empleada en Microsoft y otra de la Fundación Melinda Gates habrían estado bajo el ataque de Gates. Bill les preguntaba si querían verse fuera del trabajo con él. Ellas coinciden en que lo preguntaba siempre un tanto ruborizado. En otra ocasión, invitó a otra empleada a cenar advirtiéndole de que, si la cita la hacía sentir incómoda, fingiera que no se la había solicitado. Melinda ha afirmado que no sabía nada del comportamiento adultero de su esposo. En todo esto no ha ayudado nada la amistad de Gates con Epstein, el conocido pedófilo que acabó sus días en presidio.