Las palabras manipulación o acoso son cada vez más corrientes. Los medios hablan sin cesar de manipulación electoral, de manipulación de capitales o de manipulación de la opinión pública. Las noticias, después de una época en la que el acoso sexual era el protagonista, ahora se concentran en el acoso moral.
La manipulación tiene múltiples caras, a veces muy familiares. El amigo que se invita cuando quiere (sin preocuparle si molesta) o el que siempre pide prestados aparatos, libros o dinero y nunca los devuelve, son manipuladores. El colega que consigue el proyecto o el puesto que nos correspondería, la amiga que siempre le quita importancia a nuestros logros, o el individuo cuya conversación nos hunde la moral, también son manipuladores.
Y yo me pregunto: ¿No hay forma de evitarlo? ¿Es la manipulación un mal que debemos sufrir apretando los dientes, o podemos hacer algo por evitar a los manipuladores o defendernos de ellos?
Jacques Regard, en su libro titulado “La manipulación “recoge esta cita de Epicteto:“ Acusar a los demás de nuestras desgracias es de ignorantes . Acusarse sólo a uno mismo, demuestra que la educación ha comenzado. No acusarse a uno mismo ni a los demás es señal de ser una persona experimentada.”
Así comienza Jacques Regard en la introducción del citado libro: ”Un conductor no debería dejar que ningún pasajero se hiciera con el volante para conducir en su lugar e ir adonde quisiera. En cambio, eso es lo que pasa exactamente cada vez que nos acosan o manipulan.”
El manipulador nos obliga a pensar, actuar, vivir o amar como él o ella. ¿Te has sentido manipulado alguna vez?
Es normal pasar por momentos de desanimo, por ejemplo cuando estamos sobrecargados de trabajo o, por el contrario, cuando tememos que nos falte. También es legitimo dudar o perder la confiancia cuando nos enfrentamos a un fracaso, un conflicto o una enfermedad, o ante una situación aparentemente sin salida. Pero muchas veces estos síntomas pueden ser también según Jacques Regard consecuencia directa de una forma de manipulación .
Algunas manipulaciones son tan disimuladas o perversas que a menudo la victima no puede descubrir su origen. En cambio, hay otras manipulaciones que son totalmente previsibles; nos preparamos, nos juramos que esta vez no nos dejaremos convencer. Pero también sabemos que seremos incapaces de resistir al manipulador y acabaremos cediendo. He sido permanente sindical, en un sindicato que defiende la libertad de enseñanza y lo he sufrido (el intento de manipulación malintencionada)
Para todos aquellos que están hartos de que les hagan la vida imposible, de ser demasiado buenos y demasiado amables va dirigido el libro anteriormente citado.
Para defenderse mejor y dejar de reprocharse haber sido demasiado bueno o demasiado confiado lo primero que hay que hacer es descubrir, a través de numerosos ejemplos, los diferentes aspectos de la manipulación que, por primera vez, hemos clasificado con claridad y precisión. Es imprescindible conocer bien los síntomas, los mecanismos y los recursos de los diferentes tipos de manipulación si queremos defendernos eficazmente.
Jacques Regard aporta en su libro las armas y las municiones a las víctimas de acoso o a los que se sienten manipulados (de un modo u otro) sin saber cómo defenderse o salir de la trampa en la que están atrapados.
Antes de poder resolver cualquier problema hay que empezar por identificarlo y saber cómo se presenta, después de una época en la que el acoso sexual era el protagonista, ahora se concentran en el acoso moral.
Explica muy bien Jacques Regard en su libro que antes de responder a estas preguntas hay que saber qué es la manipulación, de qué está hecha y cómo funciona. Partiendo de esa base descubriremos los medios que hay que emplear para no dejarse manipular .
Es un tema que vale la pena conocer y estudiar a fondo. Básicamente, existen tres tipos de manipulación que se distinguen por la intención concreta y particular del manipulador.
Manipulación positiva, es aquella en la que la intención del manipulador es siempre buena, útil o agradable para el que resulta la víctima.
Manipulación egocéntrica, en la que la intención del manipulador es egocéntrica. Hace que todo el mundo gire en torno a sus intereses personales, sin preocuparse de las consecuencias para sus víctimas.
Y por ultimo hay un tipo de manipulación malintencionada. La intención del manipulador en el tercer género de manipulación es de carácter paranoico y siempre tiene un objetivo destructor y ruin.
No pasa nada, se puede salir victorioso de cualquier tipo de manipulación, si se dispone de las armas y municiones necesarias.
Mª Ángeles Bou Escriche es madre de familia, Orientadora Familiar, Lda. en Ciencias Empresariales y profesora