Las malas opciones
No es que Pedro Sánchez sea un político ruin que quiso acceder al poder para destruir España. Recordemos que empezó negando cualquier posibilidad de pactar con Podemos ya que ello no le permitiría dormir ni a la mayoría de los españoles ni a él mismo. También aseguró que nunca pactaría con Bildu, aquellos filoterroristas indeseables. Seguro que a Sánchez le hubiera gustado poder pacificar y españolizar Cataluña sin necesidad de coquetear con ERC .
Pero pronto cayó en la cuenta que, o se entendía con aquellos partidos -Podemos, Bildu y ERC- o nunca pisaría la Moncloa con sus escasos votos y sus insuficientes escaños. Necesitaba a toda costa ese pacto Frankenstein y de ahí deriva la catastrófica situación en que fue hundiendo a España en los cinco años de gobierno.
Cinco años en que las malas compañías del presidente le hicieron escoger siempre por la peor opción que se le presentaba, poniéndose de parte de quienes no debía en lugar de apoyar a quienes la recta razón, incluso la suya, le dictaba en cada momento.