Ferrovial se muda
En estos días la noticia ha estallado como una bomba: Ferrovial, una de las compañías estrella de nuestro IBEX 35, ha decidido trasladar su domicilio social desde España a los Países Bajos, con toda la carga simbólica que ello conlleva.
El Gobierno se lo ha tomado a mal, acusando a la empresa y a su presidente Rafael del Pino -a quien por cierto conocí hace años a través de su hermano, mi colega y amigo el Embajador Jorge del Pino- de poco menos que traidor y anti patriota.
Piensan el señor Sánchez y al menos cinco de los miembros de su Gabinete, que han salido en tromba afeando la conducta de la empresa, que si una compañía se enriquece es gracias a las licitaciones que obtuvo del Gobierno y que, por lo tanto, dicha empresa es susceptible de ser sancionada y debe devolver buena parte de lo que ganó gracias al Ejecutivo.
Pero las cosas no funcionan así, porque en primer lugar, Ferrovial tiene el 85% de sus obras y beneficios generados fuera de España y en segundo lugar porque nuestro país no es un Gobierno sino un Estado.