Sin familia no puede haber Patria

Sin familia no puede existir la Patria y, sin la Patria, el hombre no es nada. Por lo tanto, el hombre íntegro es el que se cría y educa en el seno de una familia y es miembro de una comunidad, que adquiere su plena potencialidad cuando es concebida y vivida, utilizando la definición recogida en el segundo punto de la norma programática de Falange Española, como una unidad de destino en lo universal, compuesta por hombres portadores de valores eternos, según la definición de José Antonio Primo de Rivera.

Pero no estoy hablando de la familia en abstracto. Me estoy refiriendo a la unidad familiar cuyo modelo es la Sagrada Familia (Jesús, María y José). Un modelo de familia al que los rojos, para desprestigiarla, denominan patriarcal, cuando, en esa Familia, el papel de la madre, de la Santísima Virgen, es primordial. Tan primordial que, por ejemplo, Jesús hace su primer milagro por la insistencia de su Madre. Y el Patriarca, San José, juega un papel que no es precisamente el de protagonista.

Un Putin herido

Los cazadores hablan de la peligrosidad de un jabalí, sobre todo cuando está herido, porque ataca con toda su fuerza. Se lo cuentan unos cazadores a otros, porque muchos nunca lo han experimentado.

Putin es como un jabalí herido en estos momentos. Muy peligroso. Por eso esperábamos con la respiración contenida su intervención de ayer, la única tras la del 24 de febrero invadiendo Ucrania.

El mundo entero está más inquieto tras las últimas decisiones de Putin, que más bien parecen las menos temidas de entre todas las que se barajaban estos días. Y es que la invasión de Ucrania es ya una derrota para Putin, que minusvaloró la capacidad de Ucrania y su heroica resistencia, y ahora ha comprobado cómo en pocos días ha perdido miles de kilómetros cuadrados.

Ha movilizado a 300.000 reservistas, y sus palabras son inquietantes: “Occidente quiere destruir Rusia y Rusia está dispuesta a utilizar todos los medios de defensa a su alcance para protegerse”.

Torreciudad

Soy de los que piensan que, al hablar o escribir de la sociedad actual y en particular de los jóvenes, se simplifica en exceso, con tendencia a destacar lo negativo. Parece que resaltar lo positivo suene a no percibir los problemas. Lo positivo permite construir, avanzar. Hay una tendencia a ejercer de “escarabajos peloteros”, recogiendo la basura, la podredumbre, lo deleznable. Del pesimismo a la pasividad, hay un paso.

Mientras escuchaba en Torreciudad, el pasado sábado, al obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, dirigiéndose a 10.000 personas -unas 200 de la provincia de Castellón- que allí nos congregamos con motivo de la 30 Jornada Mariana de la Familia, por mi cuenta reflexionaba. Dijo Elizalde que la familia es la mejor escuela de voluntariado, y agradeció a los voluntarios su abnegada tarea de dos días en esa Jornada: calculo que más de un centenar de voluntarios, veinteañeros la mayoría: el aplauso fue atronador. Un grupo de ucranianos, al presentar una ofrenda, recibió un emotivo aplauso general.

LA BATALLA DE VALÉNCIA (VIII)

Ramón García Hernández en el seu (Aproximació...) parla del sofisme “unitat de la llengua” en els següents térmens: “Per a poder justificar lo injustificable, en este procés de subordinació idiomàtica, va tindre que llançar-se un sofisme: l'unitat llingüística del valencià i el català (també del mallorquí), com un primer pas del procés que es porta a terme. A continuació donar nom a eixa entelèquia “llengua catalana”, establint la següent premissa: Llengua és igual a Cultura i basant-se en açò es consagra el silogisme següent: Si tot el que parla català és català i els valencians parlen català, la conclusió serà que, els valencians són catalans i catalana puix serà la seua cultura”.

Emilio Attard i Enrique Monsonís (UCD), (Vicente Ramos en De Albiñana...), nos diu: “Escoltem al segon: tenim una raïl catalana en el nostre orige i en el nostre idioma;... «el valencià és una variant del català»;... les campanyes anticatalanistes són “confessionistes i disgregadores”.

LA MODA CLOCHARD

La alienación, digamos severa, que sufre nuestra juventud, supone la aceptación, sin resistencia, de un estado de cosas que les excluye directamente de la vida laboral y en general no les da oportunidad alguna para desarrollarse como personas, sin que esto, sorprendentemente, produzca reacción o rechazo alguno en ellos, sin que les parezca extraño ni antinatural; convirtiéndose, en consecuencia, a ojos vista, en una especie de mendigos modernos que incluso se visten como tales, y creen ir a la moda imitando a éstos, con ese decadente estilo “clochard” consistente en pantalones rotos y desgastados, chaquetas viejas, todo ello aderezado con autolesiones corporales tales como tatuajes, piercings, anillos, tintes de pelo de colores inimaginables… y utilizando patinetes para desplazarse, como colegiales… con sus mochilitas al hombro y los “cascos” puestos.

LA LLENGUA dels MORISCS del TERRITORI VALENCIÀ (II)

L’orige de totes les mentires que s’han escrit sobre la llengua dels moriscs del territori valencià, es troba per a variar, en el “mestre indiscutible” i “català de Sueca” Joan Fuster, qui escomençà a extendre-les en “La lengua de los moros valencianos” (Levante, 31-X-1958), continuant en “Poetes, moriscos i capellans” (Valencia, 1962).

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