Por la libertad que tenemos los columnistas del ‘Diario de Teruel’, y porque pienso que el asesinato de Belén Cortés se merece una abundante y honda reflexión, tres columnistas lo hemos abordado: Raquel Fuertes, Ana I. Gracia y yo. Tres artículos complementarios, apuntando soluciones.
Fruto de la casualidad, o no, el jueves 20 de marzo, en “La frase del día”, se recogía una interesante frase de Albert Einstein, Premio Nobel de Física: “Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única manera”.
Se ha hablado de reforzar la seguridad, y de hecho algunos ayuntamientos se han reunido ya con los responsables de esos pisos tutelados para que la policía local haga visitas frecuentes, y máxime si lo pide el responsable del piso tutelado, y que los cuidadores puedan reclamar su presencia con gran rapidez. Todo puede ayudar.
Varios me han preguntado si los menores tutelados de Badajoz son extranjeros ¡son españoles! No ciñamos a la inmigración este problema. Con Javier Urra, opino que la clave es la educación, sobre todo la familia, padre y madre. Los padres han de asumir más sus responsabilidades con los hijos. Con cierta facilidad, la justificación con hijos problemáticos es que es culpa de los profesores, de los centros sociales, de ciertos amigos, de los medios de comunicación, de las redes sociales.
Por supuesto que influye todo ello, pero la principal responsabilidad es de los padres, también para ingresar al menor en un centro adecuado, y no desentenderse. La mejor educación a los hijos es un buen ejemplo, con la necesaria estabilidad familiar.
Por supuesto que hay muchos padres activos, comprometidos en la educación diaria de sus hijos, sin autoritarismos ni ser absorbentes, y casi sin que se note. Los hijos, con frecuencia, se rebelan ante el proteccionismo familiar, y tienen razón: han de crecer en libertad y protagonismo, con unas normas mínimas de funcionamiento en casa.
Hacen bien los padres que han establecido que nadie use el móvil durante las comidas, para conversar y no estar en otro mundo a esas horas. ¡Mal asunto cuando ven a sus padres en las comidas más pendientes del móvil que de conversar! O cuando saben hacer planes de descanso con los hijos y cuando dosifican la dedicación al trabajo.
En la educación familiar, hay que invertir cabeza y tiempo. Si el padre o/y la madre dan prioridad a su trabajo, a sus aficiones, y no saben mirar y hablar con sus hijos, fácilmente surgen problemas. Con cariño y normas en casa – que son fruto amable del cariño y la formación – se forjan personas estables, equilibradas, con corazón.
El drama comienza cuando el matrimonio es de papel, cada uno a lo suyo. “Que cada uno viva su vida”, “no me llena”: expresiones que reflejan individualismo, y fractura. Dijo Teresa de Calcuta: “No te preocupes porque tus hijos no te escuchan: te observan todos los días”. La violencia doméstica comienza con el egoísmo.
Foro Español de la Familia, dato de 2012, que ahora no he logrado actualizar: el 50% de hijos divorciados tenían problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años. ¿Y ahora?
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.