Igualdad y Diversidad
“Todos hemos nacido libres e iguales”. (Art. nº 1 Declaración Universal de Derechos Humanos)
Cuando Naciones Unidas en 1948 lanzó la citada Declaración Universal de Derechos Humanos al mundo, muchos debieron pensar que fue más bien una súbita declaración de buenas intenciones que el resultado de un proyecto, de un concienzudo estudio de derechos realizados por hombres sabios, que tras largas jornadas de debates, alcanzaran unos acuerdos con esperanzadores resultados, con nuevas expectativas a las naciones, para que en pocas décadas solucionaran los graves problemas de libertades y desigualdades de los países, que después de 70 años, todavía las padecen. Personalmente, después de mucho tiempo de reflexionar sobre el tema, y solo a la vista del complicado y peligroso panorama mundial actual que nos asusta, y con la situación migratoria africana en Europa, me inclino a considerar que esa Declaración de buenas intenciones de Naciones Unidas fue insuficiente y timorata, difícil de imponer e imposible de cumplir.