El Día de la Marmota catalanista en VÍSPERAS DE LA GUERRA CIVIL
Todo comenzó en 1931 con la proclamación de la República y la juerga de quema de conventos e iglesias con archivos y obras de arte, destrucción que superaría a la perpetrada por la bárbara soldadesca de Napoleón. Un diálogo entre el tío Cuc d’Alacant y Cuquet describía el ambiente en 1931:
«—¡Refolo, tío! Ya l’han pegat atra volta en els convents. Fogueres y traques per la part del Nort.
—¡Home! Hu senc per les obres de art que es poden pedre» (El tío Cuc, Alacant, 11/07/1931, p.1)
El idioma valenciano moderno que usaba este periódico alicantino en 1931 (chiquet, Nort, atra, en Alacant, iglesies…) se volatilizaba como el humo de las tablas góticas, legajos y lienzos quemados por los autoproclamados progresistas. En 1934 ya era puro catalán el usado por este diario republicano. Respecto a la extrema violencia de socialistas y comunistas, las autoridades republicanas nunca hallaron un culpable, un saqueador incendiario o un asesino torturador.