Conducir sin alcohol
El atropello del pasado viernes en Castellón, que provocó tres muertes, sigue presente. El alcohol de nuevo destroza vidas inocentes. Tres homicidios imprudentes y en libertad el joven que segó esas tres vidas, tres familias, todos unidos a esas familias porque la víctima podía haber sido cualquiera de nosotros, peatones confiados que no asociamos a un coche un riesgo tan grande mientras se regresa a casa o se pasea.
La noticia destacaba que los tres fallecidos eran mayores de 60 años, como si ese dato fuera relevante o significativo: le podía haber tocado a jóvenes veinteañeros como los que iban en el coche que arrolló a las víctimas, o a padres de familia de 35 años. Como si ser mayor de 60 años tuviera algo que ver con ser atropellados mortalmente. Al principio, también se publicó que el conductor era un joven español: muchos comentaron que, si hubiera sido de otro país, no se hubiera especificado, y tal vez por las reacciones airadas se suprimió lo de “español”.