Doctor Canós
El medio millar de personas que asistimos este lunes al funeral del Doctor Canós éramos conscientes de haber tratado a una persona excepcional. Nos unía la gratitud. José Jaime Canós ya tenía dedicada una calle en Nules desde 2017, como reconocimiento de los vecinos y de todos los partidos políticos a una vida de entrega ejemplar a los demás, sobre todo a través de su profesión como médico. Cuando vi en el tanatorio, encima del féretro, una fotografía de José Jaime con la bata de médico, tras reincorporarse a su trabajo después del tratamiento contra el cáncer, sonreí interiormente, y me alegró: la familia quiso reflejar de ese modo su abnegación profesional, con la que ayudó a miles de personas. Su vida no tenía como baremo el “cumplimiento”, sino darse por entero, sin medida. Ha muerto con fama de santidad.