Valencia llora por sus Fallas
Los valencianos son apasionados, festeros, abiertos, artistas, musicales, bulliciosos y acogedores. Las Fallas es su fiesta emblemática, la que refleja mejor el carácter y la idiosincrasia de los valencianos.
Aplazar o suspender las Fallas era una decisión que rondaba todos los círculos de la ciudad. Predominaba la sensación de quién iba a ser capaz de tomar esa decisión, que sería muy dolorosa para los valencianos.
El martes tomó la decisión la Generalitat Valenciana, hablando de “aplazar” para una fecha más oportuna, pero habrá que ver si el aplazamiento acaba en suspensión.
Muchos se preguntaban qué tenía que suceder para que se tomara ya esa decisión, pues era lo coherente ante la propagación del coronavirus.
Y sucedieron muchas cosas en los tres días anteriores: unos contagios que se dispararon en Madrid, la suspensión de las clases en la Comunidad madrileña y la suspensión de todos los viajes del IMSERSO.
Decenas de miles de madrileños acuden cada año a Valencia para disfrutar de las Fallas, con sus calles abarrotadas, mascletas en la plaza del Ayuntamiento con miles de personas apretujadas y extasiadas por la pirotecnia. Y este año, al suspender las clases la Comunidad de Madrid, se esperaban más madrileños.
Lo habían advertido las autoridades valencianas: si se suspendió el Carnaval de Venecia, se podía suspender cualquier evento si se viera oportuno.