Rabia ciudadana
En estos días de sufrimiento por la pandemia del coronavirus, va creciendo simultáneamente una ola de rabia entre los ciudadanos especialmente contra el Gobierno. La rabia se concentra en la falta de prevención, la comunicación falsa y la gestión muy deficiente, por las manifestaciones del 8-M, las palabras de Fernando Simón de que a España llegaría sólo algún caso aislado diagnosticado -¡dichas el 31 de enero!– la falta de material sanitario para médicos-enfermeras-residencias, y un largo etcétera que no es preciso ni mencionar. El Gobierno llega tarde y mal, y desde luego no sirve la excusa de que es un problema mundial: se puede hacer peor, pero es difícil. La incompetencia y el sectarismo explican en gran medida lo que está pasando, y entre todos hemos de contribuir a que las consecuencias no sean tan mortales ni perjudiciales para nuestras familias y empleos como su ineptitud es capaz de prolongar y aumentar.