El desmontaje de la ultraizquierda
Cada día resulta más evidente que uno de los principales problemas de España proviene del multipartidismo, de la aparición de esa pléyade de formaciones que bajo el manto de la libertad de pensamiento, de la lucha contra la corrupción y el perfeccionamiento de la democracia abrieron cauces hacia el separatismo, el comunismo y la proliferación de nuevas formas de latrocinio fragmentado.
De los riesgos del separatismo hemos hablado repetidamente. Su principal consecuencia es la marcha hacia una confederación en que dos de nuestras regiones saldrían beneficiadas respecto a las restantes, ejerciendo un chantaje continuo que impondría el voto de su exigua minoría sobre la voluntad del conjunto de los españoles.