Íñigo Errejón entra en acción en las elecciones generales del 10-N. Él iba diciendo que no se quería precipitar, pero Más Madrid quiere acelerar los pasos, y presentarse dentro de mes y medio, con Errejón a la cabeza.
En la política española nos estamos acostumbrado a ver cómo los tiempos previsibles se pulverizan: lo escrito hoy puede ser distinto o muy matizado mañana mismo por los acontecimientos. Cuatro elecciones generales en cuatro años llevan a esta aceleración imprevisible.
Errejón no quiere cometer los errores de Pablo Iglesias, de excesivo personalismo, protagonismo, afán de cargos y reiterados bloqueos para formara gobierno con Pedro Sánchez, de modo que en la izquierda hay un sentimiento generalizado de “cabreo” –expresión utilizada por Mónica Oltra-, y el 10-N tiene también un factor claro de imprevisible, como todas las elecciones, como ha dicho Pablo Casado: “las elecciones las carga el diablo”.