Los amantes de la muerte
Un soldado, valiente y legendario, cosido el cuerpo de cicatrices gloriosas causadas por la metralla, llamado Millán Astray, les enseñó a sus legionarios una bonita canción titulada “El novio de la muerte”. Era y es una canción de caballeros, nobles y valientes, capaces de arriesgar su vida por salvar la vida, la hacienda y la libertad de los demás. Caballeros legionarios que aman la vida más que nadie y que saben disfrutarla más que nadie. Y cuando Millán Astray en Salamanca dijo aquello de ¡“Viva la muerte”!, en modo alguno trataba de defender prácticas suicidas ni quería ser un temprano emulador del doctor Montes ni precursor de despiadadas prácticas eugenésicas con los más indefensos. Millán Astray con su noviazgo adolescente con la muerte, sencillamente quería decir que la aceptaba de antemano –como cualquier buen soldado-, si el holocausto de esa muerte servía para salvar la dignidad, la libertad y la paz de su pueblo y de su nación.