TRANS

Allá por los años 60 del siglo pasado prosperó una canción en que un joven matrimonio discutía sobre el primer vástago que iban a engendrar. La esposa prefería una niña y el marido un niño. Después de darle muchas vueltas al asunto, acabaron conciliando posiciones y diciendo "Vamos a querernos venga lo que venga", pero dejando claro en la última línea que "Yo quiero una niña, yo quiero un bebé".

La duda se desvelaría pocos meses después y tras un rápido vistazo a la criatura sabrían si podrían contar para toda la vida con "una niña o un bebé". ¡Dichosos tiempos aquellos en que los trenes funcionaban bien, los pantanos estaban llenos y apenas pagábamos impuestos sin recibir ni un solo duro de una Unión Europea que aún no estaba para regalos. Y aun no se habían inventado tantas fórmulas intermedias como apuntan las iniciales LGTBIQ, y todas las letras que sin duda aparecerán aun.

La UEFA ningunea el español

A base de que nos ninguneen, puede parecer normal y lógico lo que no lo es. Por ejemplo, que la UEFA no tenga el español como lengua oficial junto con el inglés, el francés y el alemán, que sí son lenguas oficiales.

La UEFA ha cambiado el himno de la Champions League, pero no ha tocado la letra: sigue únicamente en inglés, francés y alemán. Un nuevo formato de campeonato con 36 equipos.

La asociación alicantina ‘Idiomas y Educación’ ya pidió hace unos meses que se incorporara el español como lengua oficial, alegando que es la lengua más importante en el fútbol europeo. Lo pidió a la UEFA y a la RFEF, para que ésta pudiera cursar la solicitud oficial, argumentando que el español domina el fútbol en la actualidad, en el siglo XXI y toda la historia del fútbol. No recibió respuesta.

El 1 de julio de 2024 entraron en vigor los nuevos estatutos de la UEFA: sigue con la exclusión del español, y solo son oficiales el inglés, francés y alemán.

Residencias en apuros

Hace cuatro meses, Susana Camarero, vicepresidenta del Consell y consellera de Servicios Sociales, se comprometió a sacar de manera inmediata la licitación de los centros de servicios sociales, especialmente de los centros de mayores, que estaban todos sin contrato y con expedientes de enriquecimiento injusto, es decir, con prórroga de contrato. Añadió que se licitarían “poco a poco”.

Susana Camarero está demostrando mucha más capacidad que Mónica Oltra, y está mejorando algo tan esencial como dialogar con el sector de los servicios sociales. Arreglar lo que Oltra dejó maltrecho no se hace en un día: le parecía que anunciar una residencia, o dos, o tres, daba votos, y lo que comprobó es que esas promesas incumplidas llevaron al castigo electoral en las urnas. 

L’Algemia Valenciana (VI). LA CONTINUÏTAT (XXX). El romanç en la justicia

Per a continuar, es necessari repasar les dispocicions historiques que establiren que en els procediments judicials que es celebraren en el regne de Valencia, havia de parlar-se, i escriure en romanç. Intentarém entendre les raons que motivaren que estes disposicions es dictaren unicament i exclusivament per al regne de Valencia. 

SURIPANTA, invento léxico del valenciano Rogel

El vocablo ‘suripanta‘ tiene su nacimiento en el 1866, cuando el aragonés Eusebio Blasco publicó ‘El joven Telémaco‘ en Madrid. Los protagonistas fueron el propio Telémaco, la diosa Venus, Calipso, Ulises, Mentor, las ninfas Eucaris, Amarilis, Cinaris, etc. Hacia mitad de la obra, el coro de ninfas entonaba una canción en lengua inventada, con ensalada de palabras que se suponían cómicas: suripen, suripanta, suripanten, maca, trunqui, somatén, fáribum, fáribem, trúpitem, sangasinén, eri, sunqui, melitónimen, son, pen... Inútil es buscar coherencia significativa en la composición, por mucho que nos suene ‘maca’ o ‘somatén’… Las ninfas cantaban en ‘gringo’ o griego figurado, macarrónico, en eufonía paródica del hablado en tiempos homéricos. La obra tuvo réplica paródica en ‘Telémaco en la Albufera’ (a. 1868), de Rafael Mª Liern, dramaturgo que publicaba obras en castellano y valenciano; p. ej.:

 

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CORREGIR LAS MIGRACIONES

En España hay muchos asuntos que se están enfocando de forma incorrecta, tales son las cuestiones de género que engendraron la insidiosa ley del "Solo si es si"; el trabajo y la productividad que han venido generando los mayores índices de desempleo de Europa; la Educación que ha derivado en que cada vez se hable en nuestro país menos y peor la lengua española; la Política Exterior con tremendos desvaríos en el Mahgreb, en Oriente Medio y en Venezuela y en particular en materia Migratoria a la que voy a referirme.

En este capítulo España oscila erráticamente entre dos extremos igualmente erróneos: o condenamos la entrada en el país de cualquier extranjero -excepto los 95 millones de turistas- como potenciales delincuentes o, en el otro extremo abrimos las puertas cándidamente a todo migrante ya sea legal o ilegal que cruce la frontera por tierra, mar o aire.

Cinismo de Maduro

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, como todo dictador, se agarra al poder con todos los recursos, porque la caída de una dictadura puede afectar a personas y bienes, y eso es una experiencia mundial, amparándose en la venganza o en la justicia, porque de todo ha habido en el mundo, y no hace falta recordar ejemplos.

Hay más de 400.000 venezolanos en España. Siguen viniendo a nuestro país. Algunos vienen como “avanzadilla” familiar, para facilitar el traslado al resto de la familia. Conozco a varios venezolanos: los hay titulados superiores –médicos, por ejemplo– o sin cualificación. Coinciden en afirmar que Maduro no se irá, sino que hay que echarlo, y cuanto antes mejor. 

Tengo la sensación de que, tras estas elecciones fraudulentas, Maduro no va a aguantar. Desde luego, no tiene sentido convocar nuevas elecciones, pues ya se sabe cómo las amaña, empezando por impedir el voto a los millones de venezolanos que se han ido del país. Es una crueldad tras otra.

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