Opinión

La feria de las vanidades

En la aldea global en la que se ha convertido nuestro mundo, los medios de comunicación, y muy especialmente los audiovisuales, han impuesto la frivolidad, el pasatiempo y la estulticia como el ámbito permanente en el que se mueve la vida mental de innumerables personas. Son miles de horas las que la gente pasa ante la pequeña pantalla mirando y escuchando, centenares las que dedica a leer u hojear ciertos periódicos y revistas; pero todo ese tiempo no se traduce ni un gramo de progreso en conocimientos formativos y en cultura, sino más bien lo contrario. El hecho sociológico es incontestable: muy probablemente, la mayoría de la gente adicta a la televisión no sabe por qué país discurre el río Ganges, por ejemplo, pero estarán enterados al detalle de la vida y de los escándalos de la famosa de turno, o de las vicisitudes del fichaje de un popular futbolista.

Un “procés” contra todos

Los independentistas catalanes se parecen, cada vez más, al conductor de la autopista que piensa que todos van en dirección incorrecta, menos él.

Ya no es sólo el Gobierno, ni los partidos constitucionalistas PP-PSOE-Ciudadanos, ni los jueces, ni la policía. Los secesionistas catalanes ahora tienen otro “perseguidor” para añadir en la lista: Alemania, porque su justicia detuvo a Carles Puigdemont y lo mantiene en prisión.

Pocas horas bastaron, para que los partidarios del “procés” se manifestaran, entre otros lugares, frente al consulado alemán en Barcelona, y se oyeron gritos como “Europa es una vergüenza”.

En el chiste de la autopista, un conductor circula, y oye por la radio: “¡Atención, tengan cuidado, un conductor circula en sentido contrario!”. Y un conductor que lo oye, responde: “¡Uno, no, todos!”. Todos, excepto los independentistas, estamos equivocados: podrían reflexionarlo un poco más, respetar a las personas de verdad.

Procesiones

procesionCientos de miles de españoles participan estos días en las procesiones, Vía Crucis, Horas Santas y actos en torno a la Semana Santa. No sé si algún año alguien habrá calculado la cifra de participantes en España, pero salta a la vista que son cientos de miles. Y millones de personas los que asistirán a las procesiones y demás actos como “público”. El silencio sobrecogedor de algunos pasos o momentos de estas celebraciones; el sonido atronador de tambores y bombos; los gritos emocionados de no pocos al pasar el Nazareno, la Dolorosa o Cristo Crucificado: devotos y curiosos se suman a las celebraciones. Son un imán que atrae también el “turismo religioso”, que los municipios fomentan, sean del partido político que sean los gobernantes, por su popularidad, arte, espectacularidad y emoción. Borriol, Torreblanca, Alcora…

La cultura consumista

consumismoLa sociedad en que vivimos es definida por sociólogos e historiadores de diversas maneras –sociedad democrática, sociedad postmoderna, sociedad del bienestar-, pero la definición que se ha hecho más popular, sin duda alguna, es ésta: sociedad de consumo. Es una definición acertada porque, en una sola palabra, indica su estructura económica fundamental, por una parte, y las características del comportamiento social que ésta determina, por la otra.

El ataque de Podemos a los periodistas

Es indignante que Podemos haya acusado a los medios de comunicación de avivar el conflicto a raíz de la muerte en Lavapiés del senegalés Mmame Mbaye,

El pasado lunes Podemos arremetió contra los medios de comunicación, a través de la portavoz de la Ejecutiva del partido, Noelia Vera, por atribuir a dirigentes de Podemos los bulos de la “persecución” de la Policía a Mmame –que falleció por causas naturales-, y se atrevió a decir que “el bulo es muy descarado; hay una persecución y un intento sistemático de destruir a Podemos”, y que “fue información que dieron los medios mencionando a fuentes de la Policía”.

Hubo diversos “tuits” de dirigentes de Podemos sobre la causa de la muerte de ese senegalés, y la Policía ha anunciado que los llevará ante el juez por si han incurrido en delitos de odio o alteración del orden público.

Síndrome de Down

downHoy es el Día Mundial del Síndrome de Down, institucionalizado por la ONU. Cada 21 de marzo es un recordatorio de lo que necesitan las personas que tienen este síndrome y el apoyo familiar, educativo, profesional y social que les prestamos.

Hay verdades que remuerden la conciencia social, como lo es que España es el país del mundo donde nacen menos personas con Síndrome de Down: 1 de cada 1.600 nacimientos, cuando la media mundial es de 1 por cada 730 nacimientos. Es decir, que tenemos una cruda realidad: muchos fetos que son diagnosticados con este síndrome no llegan a nacer, son abortados. La primera inclusión es dejarlos nacer, así de clara y rotunda es la realidad. Por tanto, el diagnóstico prenatal tiene una clara orientación eugenésica, por no añadir que tiene un sesgo genético importante.

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