INDRA y la democracia de cartón piedra
Todos Uds. recordarán aquellas películas antiguas en las que los protagonistas viajaban, supuestamente, en un automóvil, moviendo el volante, y girándolo, mientras un decorado se desplazaba en derredor suyo, dando idea de que estaban en movimiento, recorriendo las calles de la ciudad, por ejemplo. Todo era falso, claro, el decorado solucionaba el problema de tener que realizar las tomas en el exterior y además salía más barato. Quizás ese fue para muchos el primer contacto con la sensación de que nos engañaban burdamente, de que las cosas no eran lo que parecían ser.