Enigmas gallegos
He estado pocas veces en Galicia. Sin embargo, en esas semanas acumuladas, he podido comprobar que es cierto que la idiosincrasia gallega es enigmática para los que no somos gallegos, porque los gallegos se mueven como pez en el agua en lo que a los demás nos desconcierta o no acertamos a calibrar.
Dos anécdotas de mis estancias en Galicia, que corroboran la lógica gallega y el desconcierto de los que no lo somos. Iba con un gallego en coche, para ir a Santiago de Compostela; llegamos a un cruce y yo no sabía en qué dirección seguir, pero el copiloto gallego no dudó, afirmando la ruta, y no logré que me explicara por qué él lo sabía si no había ningún cartel. En otra ocasión, al preguntar si habría Misa a las 11, me contestó otro gallego: “Ayer hubo”. Desde luego, o uno está avisado ante estas respuestas, o tiene que estudiar algo de lógica.