¡Ay, Mallorca, Mallorca!
Os llaman “Les Illes”, a palo seco, como si fuerais miserables ínsulas de hierbajos e iguanas, y dad gracias de que no os rebautizan con nombres como Islas Tortugas o el de aquella “Isla de mal de vientre” que citaba Haedo en 1612 (Topographia de Argel, f. 89); y lo de tortugas podría ser, por la abúndancia que teníais. En 1491, por orden real se remitían a Valencia más de cien ejemplares, aunque también es cierto que muchas perdices que pueblan Mallorca son de origen valenciano: “El 11 de marzo de 1315 ordenó el rey que se trajesen de Valencia muchas perdices y se las soltara en el campo de Valldemosa y Sóller, prohibiendo con severas penas que fueran cazadas o maltratadas.” Pero nuestras tierras no se llaman Islas Tortugas ni País de las Perdices, sino Reinos de Valencia y Mallorca.