Para desprenderme del lastre del pancatalanismo
Anhelo cruzar, junto a mis amigos y compañeros de inquietudes, el mar Rojo para desprenderme del lastre del pancatalanismo.
En los momentos de máxima angustia espiritual del pueblo de Israel, cuando su reino había sido devastado y el templo de Yahvé derribado y profanado, se purificó la manera de entender lo divino y volvieron a recuperar su identidad como pueblo de Dios. El paso del mar Rojo fue su punto de inflexión.
Hoy quiero mostrar que el Valencià tiene que cruzar su mar Rojo para purificarse del pancatalanismo que los poderosos políticos han ido llenando sus alforjas de normas y vocablos ajenos a su ser, hay que volver a saborear las palabras de Cervantes cuando se refería al Valencià: “graciosa, dulce y agradable”

El pasado lunes, 18 de mayo, Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, pidió en rueda de prensa a los católicos que fueran generosos en sus donativos, para pagar el sueldo del cura y las instalaciones, ya que “la Iglesia no vive del aire”. Al estar los templos cerrados por el Estado de Alarma, no ha habido colectas. Fernando Giménez sugirió, también, fórmulas para efectuar donativos que comprometan más que donar esporádicamente, como aportaciones periódicas, al igual que se está suscrito a plataformas de televisión o música. La pandemia ha provocado, entre otras cosas, casi una total ausencia de donativos, y fue un “toque” realista, muy oportuno, en la línea de que los católicos se comprometan más a sufragar los gastos de las iglesias.