“Consum” tiene razones

Los supermercados Consum tienen un merecido prestigio, que los clientes reconocen. Nació en Valencia en 1975 con un supermercado, y ahora tiene más de 700 en seis comunidades autónomas – la mayoría en la Comunidad Valenciana y Cataluña, los restantes en Aragón, Murcia, Castilla La Mancha y Andalucía -, con más de 14.000 trabajadores. Cifras que dan idea de su importancia y de su línea de negocio.

Es sorprendente que ahora desde Compromís se ponga el grito en el cielo porque ha dejado de etiquetar algunos productos en valenciano desde septiembre pasado. Y el 8 de febrero inician en Twitter algunos de Compromís una ofensiva contra esta decisión, lamentando que reduzca en algo el valenciano, y entre ellos el secretario autonómico de Empleo, Enric Nomdedeu, así como el presidente de las Cortes Valencianas, Enric Morera.

Un derecho natural inviolable

Grandes conflictos se avecinan en nuestro país, desde hace muchos años, en torno a cuestiones sobre laicidad y laicismo. Por eso conviene plantearse preguntas como: En un estado democrático, ¿Pueden los edificios públicos albergar símbolos religiosos?  ¿Pueden los colegios públicos tener crucifijos en las aulas? Y dentro del ámbito educativo, ¿Puede impartirse enseñanza religiosa en los colegios de titularidad estatal? ¿Pueden los profesores y los alumnos en esos colegios portar símbolos religiosos? ¿Pueden estos símbolos religiosos ser portados por ciudadanos particulares en las empresas privadas que exigen uniformidad en el vestuario? ¿Puede un crucifijo presidir las reuniones de una corporación municipal? ¿Puede un cuartel de la guardia civil albergar una imagen de la Virgen del Pilar? ¿Puede una reunión militar finalizar con el canto de la Salve marinera? ¿Puede un médico de la seguridad social negarse a practicar abortos?

¿Desaparece la infancia?

nenaLos profundos cambios que está experimentando nuestra sociedad se extienden a todos los ámbitos, y uno de ellos es el de la infancia. Los niños de hoy son, por supuesto, muy distintos a los de antes porque el contexto social y cultural es también muy distinto; pero de lo que no nos damos cuenta es de algo mucho más grave: en nuestra sociedad, el concepto y realidad de la infancia está desapareciendo. Por más que su edad nos diga lo contrario, los niños de nuestra sociedad ya no son niños, porque su forma de comportarse no se corresponde al estereotipo de la infancia que siempre hemos conocido. Lo propio de la infancia, su principal signo de identidad, es la inocencia, y es esto precisamente lo que está desapareciendo del alma de nuestros niños. El sociólogo americano N.

Urge promover una “ecología humana”

El 21 de noviembre de 2014, Juan Meseguer publicaba en ACEPRENSA un artículo titulado “Hombre y mujer: tan distintos, tan complementarios” que comenzaba así: “La familia fundada en el matrimonio es el ambiente idóneo para descubrir lo masculino y lo femenino, dos modos de ser que expresan la riqueza de lo humano. Así lo han defendido representantes de 14 confesiones religiosas en un congreso celebrado en el Vaticano del 17 al 19 de noviembre.”

Hacía referencia a un congreso muy interesante, del que muy pocos tuvieron conocimiento, y que me gustaría comentar, pues creo es un tema que en estos momentos conviene hablar de él.

La lista de ponentes en el citado congreso incluyó desde líderes religiosos como el pastor evangélico Rick Warren; Russell D. Moore, de la Convención Bautista del Sur; Nicholas Okoh, primado de la Iglesia anglicana en Nigeria; o el budista Nissho Takeuchi; hasta intelectuales como la antropóloga musulmana Iqbal Gharbi; la historiadora hindú Kala Acharya; o la socióloga de Harvard Jacqueline C. Ríos.

Encuestas para todos

Cada partido político se aferra a la encuesta que más le conviene. Tras las encuestas de las últimas semanas a nivel nacional, sólo Podemos está “socarrado” de verdad, y con unas cifras que no le permiten ilusionarse bajo ningún argumento sólido: Pablo Iglesias es el líder peor valorado, la caída en picado de intención de voto es llamativa, y lo más significativo en mi opinión es que es lo que palpamos en la calle, que ese populismo ha defraudado, porque su “varita mágica” es subir los impuestos y en donde gobierna con otros partidos de izquierdas es más que polémico e, incluso, inane o irrelevante, con astracanadas y polémica que sustituyen a su “utopía”.

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