Lo “anecdótico” en Cataluña

La portavoz del Gobierno catalán, Elsa Artadi, calificó de “anecdótico” el puñetazo a una mujer por retirar lazos amarillos, y negó que haya violencia en la calle. La mujer va a denunciar la agresión, no lo considera anecdótico. Ya se ve que el lenguaje pretende envolver realidades con ropaje distinto.

Anecdótico es algo accesorio, circunstancial. Un puñetazo de ese estilo más bien tiene todo el aspecto de constituir un delito de lesiones, y seguro que ningún ciudadano, ningún abogado, ningún juez, nadie que no sea Artadi o quien comparta sus ideas de negar la violencia, comparta el calificativo de anecdótico. Una agresión es algo grave.

Casualmente, mientras escribo estas líneas, llega la noticia de que la Policía Nacional ha detenido al agresor de la mujer, por un delito de odio y otro de lesiones, tras la denuncia de la mujer. Lo que para Artadi es anecdótico, para la denunciante y para la Policía Nacional es constitutivo de dos delitos.

La cacicada de Marzà

Beatriz Gascó, la portavoz de Educación del PP en Les Corts, ha calificado como “cacicada” del conseller de Educación, Vicent Marzà, el hecho de modificar los proyectos lingüísticos de los centros que tenían doble línea en castellano y valenciano “haciendo desaparecer el castellano”. Acusa a Marzà de modificar “a su antojo” los proyectos lingüísticos de los centros que anteriormente impartían la enseñanza con doble línea, y así relegar a la mínima expresión el castellano, con lo que se impide la libre elección de las familias y el pluralismo. La Consellería está tumbando los proyectos lingüísticos de centro que preveían una enseñanza equilibrada en ambas lenguas, y por ello el Grupo Parlamentario Popular pedirá todos los proyectos lingüísticos de los centros que Marzà ha modificado.

Autoodi llingüistic

Prejuï llingüistic, es el juï de valor, basat en l’ignorancia o en la manipulacio. Si este juï de valoracio negativa s’emet sobre la propia llengua, rep el nom d’autoprejuï o autoodi.

Est es el cas de molts valencians que infravaloren i desprecien la seua llengua valenciana en l’unic fi de sustituir-la per altra, per la catalana. Molts d’ells se pujen al carro d’autoodi de la llengua valenciana.

I es que alguns, no es donen conte que la practica de l’autoodi, ademes d’anar contra natura, atenta contra tots els pincipis de sensatea. Segurament, tindra rao Jean de la Fontaine, quan va dir: “Tots el cervells del mon son impotents contra qualsevol estupidea que estiga de moda”. I es que ningu esta lliure de dir estupidees, lo pijor es dir-les en enfasis.

Pasos incipientes hacia el Ejército Rojo

La Sentencia del Tribunal Constitucional, de 31 de octubre de 2001, admitió la constitucionalidad del ejercicio, por parte de los militares, del derecho de asociación profesional.

En su virtud, el 27 de julio de 2011 se promulgó la Ley Orgánica 9/2011, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas.

Por cierto, resulta bastante curioso que, en una ley que tanto afecta a la vida de los Ejércitos, se antepongan los derechos a los deberes.

Entre los derechos, se recogen el de desarrollo de su carrera militar, combinando preparación y experiencia, y el de formación y perfeccionamiento.

La gran traición a los héroes

El Consejo de Ministros celebrado el pasado tres de agosto aprobó la retirada del recurso de inconstitucionalidad interpuesto en su día por el presidente Rajoy a la Ley vasca de Abusos policiales. La medida, así la han calificado las víctimas del terrorismo, supone una vil traición a todos los que lucharon por defender la unidad de España en la atormentada tierra vasca. Es preciso carecer de patriotismo, o tener una conciencia muy laxa o simplemente carecer de conciencia para acomodarse a los ataques vengativos del separatismo vasco con sus mitologías y pos verdades a cuestas. La actitud de Pedro Sánchez es la misma que la de aquel general felón, responsable de la defensa de una fortaleza que entregara al enemigo información comprometida sobre sus propios soldados y que esta información facilitara las represalias sobre unos soldados que se limitaron a cumplir con su deber. Así de cruda es la realidad.

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