Qué y quién en Ximo Puig

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tiene que hacer malabarismos continuamente, y desde luego su trayectoria política desde 1983 demuestra que sabe superar campos de minas, sobrevivir políticamente, en medio de situaciones complejas. Para algunos la supervivencia política es una habilidad y un mérito, probablemente para muchos políticos lo querrían para sí, pero para otros la supervivencia no es en sí misma una cualidad positiva, porque los principios ideológicos que llevan a la política pueden hacer aconsejable la retirada ética o, simplemente, asumir que hay ciclos políticos que aconsejan la renovación.

Ximo Puig fue jefe de gabinete con Joan Lerma, ha sido diputado provincial, alcalde de Morella, diputado en el Congreso de los Diputados, y ahora preside un gobierno tripartito en la Comunidad Valenciana, que él calificó recientemente como “plural pero coherente”, y lo hizo en el encuentro navideño con los periodistas de Castellón el pasado 29 de diciembre.

Un SEPE (INEM) que indigna y avergüenza

Día de ilusiones el de hoy, con ciudades y pueblos recibiendo a los Reyes Magos. Hay sueños y peticiones de niños, y también de mayores.

Cada uno tendrá su petición o sus peticiones, según su situación y la de su familia. Pero probablemente el anhelo mayoritario es que haya más empleo y de mejor calidad, para así dignificar la vida integral de los trabajadores y de sus familias, por las que sufre mucho más que por las privaciones o dificultades personales: se sufre más viendo sufrir a los que uno quiere que sufriendo uno mismo dificultades y penurias.

Desde luego, lo económico no es lo prioritario en la vida de la mayoría, pero el hecho de tener trabajo y de tenerlo con un mínimo de calidad permite trazar planes, proyectos vitales.

Cerramos 2016 con el mayor descenso histórico del paro y con el mayor número de altas en la Seguridad Social de nuestra historia. Buen dato, pero no para tocar las castañuelas, pues los millones de parados pesan a todos. “La mayor empresa de España”, me decía uno que ha pasado a engrosar la lista de parados.

La carrera

¡Vaja, també era mala sort! L’havien tornat a emparellar en aquell negre traïdor que des de fea algun temps era son pijor enemic. Li agradaria saber a qui corresponia decidir l’orde de colocació dels corredors.

El cas era, que quan el llarguerut empleat de cabell roig li sivellà el dorsal, alguna cosa li dia en l’interior que aquella vesprada la carrera no resultaria gens fàcil.

En tant els colocaven els boços mirà furtivament al seu rival. Este pareixia indiferent a quant succeïa al voltant, pero ell sabia que no era cert. Una mirada dirigida a ses cuixes i coa fon prou per averiguar que l’atre estava en completa tensió. ¡Mal es presentava hui la carrera!

Ara arribava el veterinari que els examinaria com sempre u a u. ¡Per cert que l’examen no podia ser ni més rutinari ni més inútil! Un manosseig pel pit i les cuixes i un poc d’atenció a la revisió entre els dits. Per a tal examen, encara que es quedara en sa casa no anava a passar res…

Llengua i Literatura dels Valencians

Llegir les distintes tendencies i contrastar els diversos arguments, es practica imprescindible per a qui vullga arribar a la veritat objectiva en qualsevol conflicte. Este es el motiu pel que lligc alguns llibres que per la falta de rigor, les falsetats que duen i lo debil dels arguments que aporten me produïxen pena, pero sobre tot indignacio, especialment quan estos, estan subvencionats inclus alguns patrocinats en els diners de tots els valencians.

La crisis religiosa del pueblo

Según los datos estadísticos, la práctica religiosa ha descendido en los países de occidente de tal forma que, por su extensión y profundidad, tiene toda la importancia de un hecho sociológico. En países de larga tradición católica, como es España, este hecho se hace notar con especial relieve. Todo el mundo se da cuenta de que hoy la mayor parte de la gente, no sólo «pasa» de las cosas de la Iglesia, sino que parece vivir al margen de sentimientos y necesidades religiosas. Y es esto último, justamente, el más claro indicio de que nuestro pueblo padece una profunda crisis religiosa. La crisis es general, porque se extiende a todas las clases sociales. Ya no es sólo el mundo de los intelectuales y del proletariado; la descristianización también va ganando terreno en aquellas clases sociales que siempre habían sido la reserva permanente de los valores religiosos.

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