La espiritualidad del sufrimiento
El sufrimiento es inseparable de la condición humana, y ninguna ciencia, ninguna técnica, ninguna filosofía podrá erradicarlo jamás de nuestra vida: como la sombra que proyecta el caminante en su andar, el sufrimiento nos acompaña siempre allá donde estemos, y sean cuales sean las disposiciones que tengamos. Compartimos con los animales el dolor físico; pero es exclusivo de los hombres el dolor moral, el más profundo y el que más nos hace sufrir. El animal no tiene autoconciencia, y su dolor es ciego, sin connotaciones dramáticas; el dolor del hombre, por el contrario, va empapado de la inquietud torturante del pensamiento, del sentimiento y del deseo, que intensifican el sufrimiento hasta el límite de la desesperación y de la tristeza.