Latidos del feto

Vivimos en una sociedad trastornada. Hay muchas señales. A raíz de algunas noticias o hechos de estos días, me he acordado de Manolo, un amigo médico que ejerce en Murcia, y que me comentaba que es frecuente entre los murcianos acudir a la consulta alegando: “Tengo un trastorno”. Y Manolo intenta acotar la dolencia. Trastorno sirve allí para casi cualquier dolencia. El primer problema nacional parece haber pasado a Castilla y León, porque su vicepresidente autonómico, Juan García-Gallardo, ha afirmado que “si conseguimos salvar una única vida, todo habrá merecido la pena”, y se ofrece la posibilidad, de modo voluntario, de que las mujeres que vayan a abortar puedan escuchar el latido de su hijo solo si lo desean. Repito: solo si lo desean.

L'Algemia Valenciana (II). TESTIMONIS SOBRE L'US del ROMANÇ (VIII)

En l’articul anterior hem vist que l’influencia de les llengues romances sobre l’arap, aplegà a fer-lo irreconeixible. Pero tambe l’arap influi sobre el romanç, de la mateixa manera que el castellà ha influit sobre el valencià. Es indiscutible que l’influencia de l’arap i la diferent adopcio d’arabismes, contribui a la diversificacio i individualisacio de les llengues romances.

Dos libros para no comprar

Acabo de leer dos libros que nunca compraría ni querría guardar en mi biblioteca, en particular uno de ellos, el titulado "En la sombra" que está teniendo un lanzamiento que no se veía desde los tiempos de Harry Potter y que va a mover muchos millones de libras encaminadas a engrosar la cuenta del díscolo príncipe Harry. Con toda modestia digo que en modo alguno quisiera que ni un solo céntimo de mi cartera engordara la suya.

Algún amigo espabilado me ha hecho llegar el texto completo vía whatsapp y lo he leído oblicua y desganadamente para no tener que comentarlo solo de oídas, sin haber desentrañado sus maldades.

La Generalitat te 'febre' i els valencians 'febra' (I)

Les esquadres idiomatiques irredentes de la Generalitat (Valenciana) alvancen com les tropes hitlerianes que recorregueren les gelades estepes del comunisme rus alla pels anys 40 del sigle passat. No se si arremataran com aquelles... en el rabo entre cames. Merits n’estan fent a cada punt.

La Conselleria de Sanitat nos recorda estos dies d’hivern la necessitat de proteccio per la grip i pel covid-19. Com sempre, els defensors de ‘la nostra llengua’, ‘la llengua autoctona’, ‘l’idioma propi’, ‘la llengua dels valencians’, ‘la llengua dels classics’, ‘la nostra parla’, ‘la llengua propia’, ‘la llengua compartida’ o ‘la parla genuïna’, no perden ocasio per a ficar la cullerada... les catalanades.

ACTOS PROPIOS y BUENA FE

En ámbitos judiciales es muy conocida,  y observada, la doctrina de los actos propios en combinación con el principio de buena fe. A pesar de que son términos jurídicos, la sola enumeración ya da pistas suficientes de por dónde van los tiros, si se me permite la expresión. En cualquier caso, intentaremos explicar sucintamente en que consiste la mencionada doctrina y los principios que la apoyan.

La doctrina de los actos propios se fundamenta, básicamente, en que no es legítimo obrar en contra de los actos propios, previamente llevados a cabo por el sujeto en cuestión y que, fundadamente permitirían esperar un comportamiento determinado.  Esto es, si en un negocio jurídico, libremente, he adoptado una posición determinada, no es de recibo que a continuación mi conducta sea contraria a lo pactado.

Con toda seguridad, el Tribunal Supremo lo dice más claro y mejor en su Sentencia de 1 de febrero de 1999:

Quejarse no basta

“Quejarse es el pasatiempo de los incapaces”, leí hace un tiempo, y me pareció que refleja parte de la realidad. Ojalá sea una percepción o impresión mía, y que los lectores tengan otra impresión: vivimos en una sociedad de quejicas convulsivos, constantes. Basta recordar las últimas conversaciones o las noticias que se reflejan en los medios de comunicación: todo genera un sinfín de quejas. La Sanidad, la educación, la situación económica, el paro, la Iglesia y la actitud de los católicos, la juventud, los patinetes y ciclistas que circulan por nuestras calles: cada uno puede completar esta lista.

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