LA HORA DEL REY
Después de celebrar las elecciones generales y una vez constituidas las dos cámaras de las Cortes, ha llegado el momento en un régimen como el nuestro, en que el Rey tiene que entrar en acción. En modesta acción, habría que aclarar.
Porque el artículo 99 de nuestra Constitución no deja mucho espacio para el Monarca. Su papel se limita a entrevistarse con los líderes políticos implicados en la formación de gobierno y proponer formar gobierno a aquel que le presente mayores avales para lograrlo.
Es posible que ello lo consiga el partido que ha vencido en las elecciones -en este caso el PP- o que lo haga el que ha resultado perdedor pero es capaz de sumar suficientes apoyos de otros partidos parlamentarios -tal seria el caso del PSOE-.
En ningún lugar de nuestra Constitución se otorga al Rey la facultad de valorar la calidad de los partidos que han logrado acceder al Parlamento. Para el Rey, Vox es un partido tan válido como Sumar y también como Bildu, ERC o JXCat.